Siniestros 22 ABR 2022

La menor atropellada sigue en terapia intensiva y pidieron dadores de sangre

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Un automovilista que esperaba en el semáforo registró con su teléfono celular el momento exacto en que la nena fue atropellada por un colectivo de La Perlita en la mañana de este lunes 18 de abril. La nena sigue internada y pedían dadores de sangre.

Se desconoce por qué motivo el conductor de un automóvil, que esperaba en un semáforo en la Ruta 7 a la altura de la estación Pablo Marín, estaba utilizando su celular para grabar video.

Lo cierto es que, gracias a ello, pudo registrar el momento exacto en que una nena fue embestida por un colectivo de La Perlita que circulaba sentido a Moreno.

Testigos habían comentado que la menor cruzó corriendo la ruta de forma repentina y la filmación lo confirma: las imágenes la muestran corriendo y acelerando para cruzar, sin llegar a ver lo suficiente el tránsito que circulaba por el carril contrario.  

Se mencionó en el lugar que la nena atropellada habría querido apurarse para cruzar cuando escuchó las sirenas del tren que se aproximaba a la estación. Se piensa que quizás temía perderlo y deseaba abordarlo a tiempo.

Lo cierto es que, aunque no se desvaneció, sí aseguraron que entró en shock y tenía fracturas en una pierna. Luego habría sido operada y se encontraba internada en la terapia intensiva pediátrica del Hospital Vicente López, pero en las últimas horas se supo que habían pedido dadores de sangre para ella y que tendría una lesión pulmonar de relevancia.

Espacio editorial: Milagro, reparto de culpas y poca concientización

La situación terminó siendo milagrosa, ya que al ver las imágenes, la sensación que da es que el golpe fue tremendo, sin embargo, las lesiones que en principio se mencionaron serían de una recuperación más alentadora que lo que se podría imaginar alguien que sólo ve el video. El hecho recuerda por su modo al accidente doblemente fatal de una mamá y su hija no muy lejos de allí, también en Ruta 7, tras cruzar la ruta por delante de un colectivo y ser atropelladas por un auto que superó al colectivo por la mano opuesta, dado que el colectivo no había bajado a la banquina. En este caso, la situación fue a raíz de una imprudencia y una distracción de la menor, algo que bien pasa también con adultos, pero que refleja la importancia de la cuestión educativa en reforzar el reflejo de atención.

En nuestra comunidad suele condenarse gravemente el error vial, pero la realidad muestra que es mucho más frecuente que lo que queremos asumir. Todos nos equivocamos, más o menos. En general, la imprudencia o el apuro se suman a la cuestión caótica de nuestro tránsito diario, repleto de imperfecciones. En nuestra cultura, lamentablemente, se castiga duramente al que le sucede algo, mientras que cientos que "zafan", duermen tranquilos.

A veces da a pensar que no se pena la acción, sino la mala suerte. Algo que se refleja hasta en nuestro sistema penal. La "tentativa" de un homicidio no la decide el homicida, la decide la suerte del herido, sin embargo impacta en la pena. No se pena querer matar, así como no se pena la búsqueda de pasar en rojo. Y esto da para tener un debate mucho más profundo respecto de qué nos aporta al debate el enojo y qué nos deja la reflexión, a la hora de repensar nuestros sistemas y nuestra sociedad.

Quizás después de tanto sufrimiento, sería momento de que miremos "para adentro", tratando de mejorar, antes de evaluar con qué epíteto vamos a tratar al próximo que "la haga mal", ya que seguramente sean muchos, pero mientras no asumimos que esto también nos puede pasar a nosotros si no pasamos a reflexionar juntos y tomar mayores precauciones para lograr esos "resortes" que nos llevan a reevaluar nuestras acciones en el tránsito diario.

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