Solidaridad 14 ENE 2024

La difícil situación de una madre rodriguense que debe afrontar un costoso tratamiento médico: "No puedo dejar de trabajar"

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Una vecina del barrio Villa Vengochea se encuentra en un momento muy complicado, ya que padece una enfermedad severa en una de sus piernas por lo que necesita realizarse un tratamiento especial. Al mismo tiempo, no puede dejar de trabajar porque su hijo también requiere una medicación mensual y no tiene obra social.

Entre la espada y la pared. Así transcurre en estos momentos la vida de Karina Vila Carbonell, una vecina del barrio Villa Vengochea, que es el sostén de la familia y no solo necesita preocuparse (y ocuparse) de la salud de su hijo sino también de ella misma. 

Desde hace un tiempo padece insuficiencia venosa severa, una enfermedad en una de sus piernas que le puede derivar en una tromboflebitis (coágulos en las venas). Ella debería dejar de trabajar ya que cada vez más le cuesta caminar, sin embargo no tiene opción porque también necesita el dinero para comprarle mensualmente los medicamentos a 'Pedrito' (su hijo), que padece autismo. De modo que, sin obra social alguna, necesita trabajar si o sí todos los días para cubrir esos gastos. 

La mujer charló con La Posta Noticias para visibilizar su causa, que ya está movilizando afortunadamente a muchos amigos y conocidos.

"Lo que a mí me pasó era como una várice común, que jamás me dolió ni afectó en lo estético. Había ido al médico y era tomado como algo estético que con los años podría traer algún problema de salud. Yo no paro en todo el día, me voy a Moreno o a Luján en bicicleta o caminando para ahorrar, abajo de la lluvia o con altas temperaturas, y jamás he tenido una señal de que se estaba complicando más que la pesadez por los cambios climáticos o la edad. Yo también tengo tres operaciones anteriores, y la última se me había complicado bastante. Entonces yo lo aducía todo a un cansancio en las piernas. En la época de pandemia sí, tuve un dolor que me llamó la atención, entonces un médico privado me dijo que ya era un problema quirúrgico", comenzó explicando. 

A partir de ese punto, se dio cuenta de que algo no andaba bien, y que "al no haber dolor, se ve que el problema venía por dentro. La semana pasada, que estaba muy alta la temperatura, empecé a ver como borroso, con hormigueos en las manos y como que me orinaba involuntariamente. Pensé que por mi edad podía llegar a ser la menopausia, entonces saqué turno con el ginecólogo porque no me dolían las piernas. Lo asocié todo con eso, más lo emocional, la economía del país, soy mamá de un niño con TEA (Trastorno del Espectro Autista) al que le pago todo particular porque él no tiene pensión por discapacidad. La cuestión que yo venía de Luján en bicicleta y la vista se me puso cada vez más borrosa, yo sentí como que algo me atravesaba, me sentía muy mal y gracias a Dios fue en la esquina de mi casa. Hacía muchísimos grados de calor, era pleno mediodía y pensé que era un golpe de calor. Pero ahí sí me empezó a doler, no una sola pierna sino también la otra. Señal cardíaca también pensé, porque soy fumadora. Resulta que no tengo problemas cardíacos ni nada de eso. El médico que me había evaluado en pandemia me dijo que era quirúrgico"

Un tratamiento caro y complejo    

Sin embargo, para la mujer de 44 años, la intervención quirúrgica nunca sería una buena alternativa porque "yo tengo antecedentes muy negativos en cuanto a los quirófanos. En la última operación casi me quedé en un quirófano. Así que yo planteé la situación, y además lo que tengo en la cabeza es que yo tengo un nene de 8 años con autismo al que no puedo dejar solo. Yo trabajo cuando él está en la escuela, o cuando está mi mamá, o mi otro hijo menor de edad a su cuidado. Entonces sé que es operable, supera el millón de pesos la operación y después requiere un tratamiento adicional, pero no voy a quedar bien. Y los riesgos para mí están".    

La otra opción más viable en su caso en particular, y con menos riesgos para su vida, sería un tratamiento llamado FOAM "que es menos invasivo para una persona fumadora. La cirugía lo que tiene es la particularidad de que en otra persona son 3 cortecitos, en mi serían 25. Es un conjunto de venas que se adhirieron y están a nada de tocar la vena principal, que sería un problema aún mayor"

Aquí entra a tallar otro factor no menor para Karina, como lo es el económico: cada sesión cuesta 250 mil pesos y le es imposible pagarlas "porque yo trabajo con hora cobrada, a mí me pagan en el momento porque lo necesito para la medicación y todos los tratamientos de mi hijo. Entonces no puedo parar de trabajar. Aparte pueden llegar a ser más sesiones. El médico me dijo que ojalá que en la primera sesión me pudiera sacar todo, pero no me lo puede garantizar. Quizás se necesite una segunda sesión, una tercera o una cuarta. Pero sea como sea, este procedimiento me garantiza primero zafar de un proceso quirúrgico, que además es más caro y encima sé que no voy a quedar bien. Además me permite venir a mi casa y estar con mi hijo para que me pueda ocupar de él. Incluso poder trabajar aunque sea sentada. Y si yo me opero, no puedo trabajar".  

También pensando en su hijo

La vecina de Villa Vengochea insistió en que "el tratamiento es la mejor opción que hay para mi organismo, y lo que me ayudaría a poder trabajar lo antes posible para estar con mi nene. Acá no hay un papá presente tampoco, está solamente mi mamá que me está ayudando con su jubilación mínima y mi hija que trabaja en una panadería y paga un alquiler. Así que el mayor ingreso es el mío para costear todo lo de mi nene, porque tengo tres trabajos. Entonces creo que con todo el esfuerzo me agarró así tan de repente. Porque fue en estos días que sentí algo así. No se sabe cuantas sesiones voy a necesitar ni tampoco cuánto tiempo entre una y la otra, por lo que pienso que serán más de 250 mil pesos. Y sino trabajo tampoco tengo para lo de mi hijo, sumado a que tampoco va a haber para comer o para comprar una garrafa. Mi situación es bastante complicada"

Y añadió: "mi nene tiene 8 años (cumple 9 en agosto) y depende netamente de mí. De que yo le pague un sueldo a un acompañante terapéutico, de que yo lo vista, de que yo le dé de comer, todas las terapias se las pago yo... depende de lo que yo labure. Y la estoy pasando realmente mal. Me privo de un montón de alimentos, estoy mal alimentada porque todo va destinado a él".  

Actualmente, la vecina se desempeña como "prestadora en discapacidad, y específicamente me estoy abocando a patologías severas. Trabajo en todos los contextos, en escuelas, en domicilios y también he logrado incursionar en el contexto carcelario. Por ejemplo, los que son pacientes psiquiátricos y están pasando un proceso de arresto. También hago el acompañamiento terapéutico pero aplico muchas herramientas más, así que trabajo en equipo con neurólogos, psiquiatras y psicólogos, y entre todos se trabaja en base a un diagnóstico dentro de lo que es salud mental. Y sino vamos en la búsqueda de ese diagnóstico. Soy una acompañante terapéutica fuera de lo tradicional, porque tengo mucho conocimiento de lo que es psiquiatria y psicoanálisis. Hoy por hoy tengo un domicilio en la ciudad de Luján, un domicilio en Moreno y un ambulatorio judicializado de acá en General Rodríguez. Yo trabajo con niños y con adultos también, y no podemos trabajar más de 4 horas con cada caso porque nuestra salud mental, si no, colapsaría".

Asimismo, lamentó que "no haya inversión en salud mental ni en ningún tipo de situación en salud. Todo hay que pagarlo. No estamos privatizados desde que está Milei, venimos privatizados de antes. Mi hijo hace tres años o un poco más tiene el diagnóstico, y es todo privado porque el Estado no le puede garantizar su tratamiento. De hecho todos los profesionales que trabajan con mi hijo, no trabajan con obras sociales, solamente particulares porque no les pagan. Y así como el mío, te podría mencionar dos millones de casos".  

¿Qué es el tratamiento FOAM? 

También llamada Escleroterapia de grandes troncos con Microespuma, es un nuevo procedimiento terapéutico indicado para el tratamiento de várices y malformaciones del sistema venoso. Consiste en inyectar en las venas varicosas una microespuma formada con gases fisiológicos de elevada solubilidad en la sangre y una sustancia esclerosante.

La espuma no es tóxica y su aplicación en cantidades limitadas no tiene efectos secundarios. El procedimiento es indoloro, se aplica en la consulta, fuera del quirófano, sin anestesia ni estudios preoperatorios.

De esta forma se eliminan todo tipo de várices con un procedimiento mínimamente invasivo: no sólo pequeñas várices o arañas vasculares, sino también grandes várices (varices tronculares) que pueden estar asociadas a úlceras varicosas y malformaciones venosas complejas.

La misión de juntar fondos 

Con la intención de colaborar con su madre, Alanis, su hija mayor, lanzó una campaña para juntar fondos y así costear los gastos del tratamiento FOAM (250 mil pesos por sesión), pero también de la medicación mensual de Pedro, su pequeño hermano (actualmente casi 45 mil pesos, Risperin 2 mg x 60 comprimidos), y de la acompañante terapéutica que lo asiste. 

Se puede realizar una colaboración transfiriendo, poco o mucho, a su cuenta bancaria. Estos son los datos: 

ALIAS: alanisgabriele

CBU: 0110670730067007033597

TITULAR: Alanis Gabriele 

Banco Nación 

Pero, por otro lado, también decidió lanzar una rifa. El valor de cada número es de 2500 pesos. El 1º premio es un tatuaje de 7 cm; el 2º premio es Semipermanente en uñas; y el 3º premio es una tarta dulce combinada. Quienes puedan y quieran colaborar, deben comunicarse con Alanis al celular 11-5905-9583.  

"Las chicas decidieron publicar esto y yo estoy en contra porque hoy estoy en la vereda de enfrente. Yo siempre fui la que publicó estas cosas para la gente. Muchos piensan que trabajo en el Municipio y nada que ver, yo ando por todos los despachos porque siempre estoy buscando ayuda para la gente. A mí me conocen todos en Rodríguez por lo que hago. Y me retan mucho porque termino regalando mi laburo", aseveró Karina.  

Y concluyó: "todo lo que se está recaudando es de vecinos que me conocen circunstancialmente, de una capillita, de una escuela, de la plaza, de amigas de mi hija, de la gente común de barrio. Todo General Rodríguez tiene mi teléfono, así que esto nos sirve también de experiencia para saber quién es quién"

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