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Seguridad Sociedad Destacado 13 DIC 2016

Discusiones y polémica por los jóvenes alrededor de la imagen de San Francisco

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Ya lo había hecho notar el Intendente Darío Kubar hace varios días con una publicación en facebook, pero ahora se derivó en discusiones entre al menos seis oficiales de la Policía Local y un grupo de unos 20 adolescentes que estaban sentados alrededor de la imagen, cuyos muros son usados para graffitis hechos con aerosol. Hubo enojo de la UPL por cánticos contra la fuerza.La Policía Local, en debate con adolescentes que se burlaban. Por suerte, nada demasiado grave. De fondo, además de la música, pintadas recurrentes a las instalaciones y símbolos de la plaza. La Policía Local, en debate con adolescentes que se burlaban. Por suerte, nada demasiado grave. De fondo, además de la música, pintadas recurrentes a las instalaciones y símbolos de la plaza. Una oficial de la Policía Local estaba muy enojada con un grupo de jóvenes que estaban en proximidad al espacio de la imagen de San Francisco (instalada en la Plaza Martín Rodríguez luego de que el ex Jefe Comunal, J. P. Anghileri la trajera bendecida desde el Vaticano en 2013). Según pudimos acceder en el lugar, un grupo de policías, en especial una mujer que parecía a cargo, efectivos de la Policía Local, estaban discutiendo para que los chicos no realizaran cánticos en contra de la fuerza. El cruce se dio cuando algunos de los chicos comenzaron a usar una cumbia para burlarse de algunos oficiales que estaban en la plaza. La canción de un tal "El Judas", que salió a comienzos de año, se burla de "Los Pitufos", el modo en el cual mucha gente identifica de manera burlona a las policías locales. Esta actitud llevó a que se acerque otro móvil y que se intercambien palabras. Al tomar imágenes, una oficial se acercó para consultar por qué las tomábamos, también preguntando por nuestro medio. Pidió que "también saque fotos de la falta de respeto a las fuerzas que hacen", apuntando a los jóvenes. Por suerte no se derivó en un altercado físico, pero la situación del debate sobre el trato de la gente a los oficiales y a su vez las pintadas en algunos monumentos o sitios públicos, han alcanzado las más altas esferas hasta de la política doméstica, cuando hasta el Intendente Darío Kubar se manifestó al respecto a fines de noviembre.

 

Una historia de ordenanzas que no se hacían o se hacían mal:

Hace algunos años se había armado una gran polémica respecto de un intento de ordenanza (que vetó el Intendente Juan Pablo Anghileri), sobre la responsabilidad civil de los padres a la hora de hacerse cargo de las roturas que producen sus hijos en la vía pública. En aquel momento, la ordenanza propuesta por el entonces concejal Sergio Maffía, parecía copiada y pegada de otra realizada en otro municipio (uno muy relacionado al día de hoy al distrito) y según el FpV, tenía además muy mal redactados los considerandos, haciendo imposible su aplicación. Sin embargo, el fondo del proyecto, sí tenía un cierto consenso social, más allá de su pobrísimo armado (en ese entonces, el concejal Maffía argumentó que había estudiado el proyecto tras "dar una vuelta por la noche por la ciudad y ver a los chicos", casi sin estudio alguno que respalde. Tras haberla vetado, Anghileri había argumentado junto a sus funcionarios y concejales, que era algo represivo y que había que tratar de concientizar a la juventud, aunque en una nota al Clarín Zonal, tiempo más tarde, referido a algunos destrozos de obras, había dicho que los padres de los menores deben hacerse cargo de lo que rompen los nenes. Como se ve, estas cuestiones (o en realidad, todas) deberían ser tomadas con seriedad y no como una bandera para tironeos partidarios. Por otra parte, vale discutir tanto la función o preparación y equipamiento de la Policía Local (o quienes la crearon a las apuradas para una elección), como también replantearse el modo en el que los vecinos se refieren a ellos, lo que parece poco civilizado es condenar a todos los oficiales por las malas decisiones políticas o generalizar su concepto metiendo a buenos y malos en una misma bolsa.
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