Siniestros Destacado 31 DIC 2016
Fracturados por un accidente debieron esperar horas para ser atendidos por ausencia de traumatólogo
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Sucedió el sábado 31 de diciembre alrededor de la medianoche tras el choque de la moto en la que viajaban contra una camioneta sobre la Ruta 7.
Durante esta madrugada del sábado 31 de diciembre, y después de sufrir un accidente que les produjeron lesiones importantes, dos hombres debieron padecer las falencias del sistema de salud, aún en situación de urgencia.
El accidente se produjo casi a la medianoche en Ruta 7 entre José Hernández y Echeverría. Allí, se presentó el personal del Comando de Patrullas de la Comisaría Primera para constatar que una camioneta Mercedes Benz Sprinter, conducido por un hombre llamado Carlos Gallardo, de más de 60 años, que chocó con una moto Yamaha 125 cc en la que viajaban el conductor Jorge Castillo (de más de 26 años) y Sebastián Ghisio (33).A raíz del impacto, Ghisio (que sería de La Fraternidad) sufrió fractura de cadera mientras que Castillo (que sería de El Raffo) terminó con un traumatismo en el hombro derecho (con posible fractura) y también con una fractura en el fémur.Por falta de ambulancias, el primero debió esperar una hora para poder ser trasladado al hospital, en tanto que el segundo sí fue llevado, pero en el nosocomio local fue rechazado con el argumento de que no había traumatólogo para atenderlo. Después de esto, lo llevaron a Luján donde tampoco fue aceptado, hasta que al volver al Vicente López lo terminaron recibiendo, a las 2.35 horas (dos horas y media después).
Según testimonios de pacientes, en el hospital había un cartel que informaba que no había médicos, sin embargo, según el personal sólo faltaba el traumatólogo de guardia, que estaría de vacaciones, lo cual indicaría que debería haberse previsto su ausencia y poner a otro profesional en su remplazo.El Dr. Miguel Fradusco, director asociado del establecimiento y Jefe del Servicio Farmacéutico, le aseguró a este medio que no estaba al tanto de la ausencia de traumatólogo de guardia, que no era una situación normal y que iba a consultarlo con el Director Ejecutivo.
Lo cierto es que, pese a que los recibieron, tanto Ghisio como Castillo (ambos empleados de Alibué, la empresa procesadora de pollos) fueron derivados a una clínica en Olivos por ART (ya que volvían de su trabajo).


