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Fue anoche cuando una unidad se dirigió a apagar los restos del incendio generado sobre la ruta a la altura de la parada El Tambito. Un bombero que manejaba la unidad tuvo que ir al hospital sin detenerse por el golpe que sufrió de una piedra arrojada desde el otro lado de las vías.
Ezequiel Secchi es un bombero de 33 años que es voluntario desde ya hace 14 años. Es además conductor hace seis y anoche estaba haciendo horas de voluntariado. Luego de un incendio de un auto fueron a hablar con manifestantes sobre la Ruta 7 que reclamaban por la falta de energía eléctrica en el barrio Almirante Brown y alrededores, como el barrio La Posta, Santa Brígida y otros que tras algunas reparaciones volvieron a perder el servicio por la noche de ayer.
Pero la segunda vez que fueron (tras haber conversado si iban a seguir en el lugar quemando cerca de las 23 hs) en este y otros lugares volvió a generarse una situación propicia para que otras personas cometieranactos delictivos y violentos, el peor de ellos, con una brutal agresión a este bombero. Ya horas atrás un vecino mandó un aviso que en el corte de Barrio Raffo algunos delincuentes aprovecharon para "cobrar peaje" para dejar pasar automovilistas, pero lo que pasó en "El Tambito" fue mucho más grave.
Aprovechando que los manifestantes se habían retirado del corte pasada la 1 am, el móvil 3 del cuartel local se fue a apagar los restos y liberar la ruta a la altura de la parada "El Tambito" y cuando estaba retornando para el cuartel, a pocos metros les arrojaron piedras que provenían del lado opuesto de las vías, en la Avenida Libertador, donde estaba el remanente de algunos que reclamaban en el corte de esa arteria. Desde allí salieron piedrazos, de ese canto rodado que está bajo las vías, del tamaño de un puño, que a más de 15 metros de distancia puede causar lesiones gravísimas.
Por milagro no golpeó la cabeza de Ezequiel, que iba con el vidrio bajo y lo golpeó en el brazo izquierdo. También podría haber golpeado a alguno de sus compañeros, el ayudante Mariano Sacristán, el subayudante Eduardo Espinoza y los bomberos Juan Andrada y Damián Barragán.
Por el temor a recibir más agresiones, Secchi ni siquiera detuvo la marcha y siguió camino, desviándose hacia el hospital, donde fue atendido. Afortunadamente no fue grave y sólo le dejó dolor y un moretón, que está tratando con hielo.

