La increíble secuencia ocurrió en el barrio Altos del Oeste durante la mañana del jueves 29 de diciembre en una regalería de la calle Mercedes entre Avenida Central y Uruguay.
Allí, la dueña del comercio, una mujer de 55 años, fue sorprendida por un joven que aparentaba tener entre 20 y 25 años, que la apuntó con un arma de fuego para quitarle su teléfono celular y llevarse varias prendas de ropa de su local en la mochila que traía puesta.
Escapó de allí corriendo y ella, sin dudarlo, lo siguió. Relató ya conocía al delincuente, que sabía que había regresado hacía dos meses al barrio de estar preso en un penal y que también habían tenido inconvenientes con sus hermanas porque "son mecheras".
Lo cierto es que apenas consumado el robo y mientras seguía al ladrón (sin que este se diera cuenta), llamó al 911 para dar aviso a la Policía. Así, llegó hasta un terreno baldío con una precaria casilla de madera, chapa y lona verde donde el joven entró y, al cabo de un rato, salió sin la mochila que llevaba. Luego, de allí se dirigió a una casa de las calles Chile y Tierra del Fuego, donde ella aseguró que viven sus padres,.
Para ese momento, el delincuente descubrió que ella lo estaba siguiente y se metió rápidamente en la vivienda, pero justo llegaron los patrulleros y los efectivos policiales se apersonaron en ese domicilio. La comerciante relató que salió el padre y les habría dicho que no había nada en su casa, pero ante su insistencia, entregó algunas prendas de ropa robadas que no representaban ni la mitad de las sustraídas.
En relación al acusado, según lo denunciado, habría saltado el tejido perimetral del fondo de la vivienda y escapado hacia otra, pero se desconoce si luego se libró una orden de arresto. La comerciante, más allá de todo, radicó la denuncia formalmente en la Comisaría 2°.
