
Los descubrimientos de la excavación que integró una docente rodriguense en Egipto y que abrió una tumba de 2400 años
La docente e investigadora rodriguense, Natalia Terezo, volvió de Egipto tras un mes de estar representando a la Argentina en el XV Proyecto Visir Amen-Hotep Huy, la Campaña Arqueológica Española de la Fundación de Estudios del Antiguo Egipto en conjunto con la Universidad de Málaga.
En septiembre de este año, Natalia junto al equipo del XV Proyecto Visir Amen-Hotep Huy, tras casi 30 horas de viaje, entre esperas y conexiones de aviones, aterrizaron en Lúxor una ciudad ubicada a la orilla este del Río Nilo, en el sur de Egipto para excavar una tumba que se había descubierto el año pasado y que por cuestiones de tiempo, el gobierno de dicho país no permitió su exploración.
En una entrevista radial con el programa "Sumate que no resta" de la Radio Municipal, relató: “Llegamos, se abrió la tumba y luego hubo que esperar una semana, ya que debido a que estuvo cerrada por 2400 años de antigüedad y, era necesario airearla”.
“Durante la excavación encontré varias momias, no completas porque la tumba había sido profanada en varias oportunidades. Lo que más encontré fue de niños, me tocó desenterrar una pierna de un bebé que tendría solo meses de edad”. Y agregó: “uno a veces habla de momias y piensa que estamos hablando de objetos y no son objetos, son personas. Si bien están momificadas, no dejan de ser personas, entonces se las trata con mucho respeto”.
“Cuando se las va a retirar del lugar, la directora primero hace una oración y luego se las saca con mucho respeto. Son restos de seres humanos”, destacó la docente.
En cuanto a su lugar en el proyecto, dijo: “Yo estuve investigando en representación de la UCA (Universidad Católica Argentina). Mi tesis es el reinado de la Reina Hatshepsut y el rol de la mujer en el poder de Egipto en el Reino Nuevo, pero cuando vas a excavar, de acuerdo a lo que encuentres, hay que realizar una hipótesis. Entonces, en el informe de ese momento, se cuenta lo hallado también”.
"Luego de la investigación, tuve que entregar un informe y, mi hipótesis, fue que en esos momentos hubo un porcentaje grande de mortalidad infantil, que pudo ser producto de enfermedades, ya que sólo 2 de cada 10 niños crecían bien, el resto morían antes de llegar a los 10 años”. También explicó que: “desenterramos muchos objetos, cajas, diarios del 1800, 1945, de las guerras, se ve que, en esa época, ya robaban y profanaban las tumbas”.
La joven agregó que: “También había muchas mujeres, de las momias que se encontraron, las que se pudieron identificar, eran de jóvenes, así que mi informe indica que había un elevado número de mortandad de niños y mujeres, que en algunos casos se pudo comprobar que ya habían tenido un parto, así que las hipótesis muestran que podrían haber llegado a morir en el parto o luego del parto. Por eso, era muy común que los egipcios se casaran varias veces o tengan muchas mujeres y esa costumbre continúa en la actualidad en Egipto”
Con respecto a lo mencionado antes sobre las profanaciones, indicó: “El problema de las profanaciones y venta ilegal, ahora está más controlada porque tenemos inspectores que los mandan desde El Cairo, Egipto. Ellos se meten en las tumbas para observar que está haciendo el investigador y lo registran, esto es, para evitar que alguien se lleve lo encontrado y lo trate de vender. Hubo un período en el cual hubo mucho mercado negro, pero no es tan común como en el Siglo XIX”. Y agregó: “incluso, hubo registros de que vendían en la calle las momias, como si fuese leña para calentar las casas”.
“En el Siglo XIX se produjeron muchos saqueos, las tumbas datan del período tardío, es decir, de hace aproximadamente entre el 1000 y el 600 Antes de Cristo. Incluso se descubrieron momias del período del faraón Akenatón, el padre de Tutankamón, que es aproximadamente del 1300 AC, por lo que es una tumba utilizada varias veces, debido a que ahí cerca está el templo de un Visir que estuvo en contra del monoteísmo, y que están restaurando. Ese templo, donde está su tumba, quedó a la mitad de construcción y gran parte quedó destruida, lo que no se sabe es, si el Visir falleció o si en la persecución lo mataron, pues los restos de él nunca se encontraron, entonces eso después de su muerte, se convirtió en un lugar de culto, la gente noble que tenía dinero, querían enterrarse cerca de él porque tenían la creencia que si se enterraban cerca de este mártir, podían adquirir los favores de los dioses para pasar al más allá”.
Con respecto a su experiencia, y su día a día, expresó: “Aprendí mucho, una cosa es lo que se lee en los libros y se investiga y otra cosa es estar ahí. Aprender lo que es una excavación, encontrarte con las momias… a mí me quedó muy marcado ese piecito de ese bebé que saqué. Hay momias que estaban destrozadas porque en los mismos saqueos las destrozaban no solo para sacarle el oro de los amuletos, sino porque ellos creían que después de ser momia, el espíritu del muerto los iba a perseguir, entonces para que no ocurriera eso, les cortaban la cabeza, los pies o las manos para que no pudieran regenerarse”.
En cuanto a los pasos a seguir que se realizan con los restos hallados, sean humanos u objetos con valor histórico o material, explicó que primero quedan en manos de la expedición, luego se lo guarda en almacenes para su registro y finalmente llegan a manos de los inspectores. Todos estos pasos se deben realizar para poder restaurar los restos y pasarlos a los almacenes de los museos, para que luego se seleccione lo que se expondrá.
“Lo que se expone, se reparte entre el museo de Lúxor o El Cairo, todo depende de la disposición de lugar que tenga cada uno”, indicó.
Cómo fue vivir en Egipto durante un mes:
“Nosotros teníamos libres los viernes que era como los domingos acá. Caminábamos por los templos que quedaban cerca, pero siempre con gente, teníamos que salir de a cuatro y era medio complicado, porque al ser mujeres solas, que allá no es lo usual, nos teníamos que aguantar, que nos gritaran, tocaran bocina, que nos quisieran cobrar más caro el transporte, y demás. Además, teníamos que salir siempre acompañadas”, detalló.
Cuando le consultaron sobre cómo se vive en aquel país el conflicto de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, indicó que se puso un “poco heavy” no por el conflicto, sino por cuestiones de seguridad.
“Había muchos militares en las calles, más que nada donde había mucho aglomeramiento. Además, cuando salíamos íbamos como turistas, no en misión, si bien teníamos un certificado que nos daba el Gobierno con nuestra foto y que nos acreditaba para poder entrar a ciertos lugares que los turistas no tenían permiso, nos habían dicho que tuviéramos cuidado y que evitáramos salir”, destacó la investigadora.
Con respecto a la vestimenta y cómo se trata a las mujeres, indicó que: “de acuerdo a lo ortodoxo de la religión, era como se vestían y se trataba a las mujeres, varias estaban vestidas de negro, incluso tenían guantes y los ojos apenas descubiertos y también usaban tul negro. En cambio, otras mujeres no usaban túnica, sino ropa común, pero holgada, en la que no se le viera los brazos y siempre la cabeza tapada. Un tercer grupo, son las que otras usaban túnicas largas con la cabeza y parte de la cara tapadas. Lo que tenían todas en común era el velo que tapaba la cabeza. Para ellos, nosotras las turistas parecíamos prostitutas”.
Finalmente, si viajaría nuevamente, indicó: “Me dijeron que el año que viene quieren que regrese, porque ahora se estaba abriendo otra tumba mucho más grande. Por ejemplo, la que excavamos ahora continúa 7 metros y no se termina de excavar ahora, la otra, en cambio, tiene 12 metros”.
“Para pensar en nuevo viaje hacia Egipto, hay que ver como viene el país y la economía porque hay que pagarlo con nuestro bolsillo. La estadía allá va por cuenta de la Fundación, pero igual tenés que pagar una especie de donación a la Fundación, ya que de ahí se abona parte de la estadía, los transportes y los gastos de la misión. En cuanto a la comida, eso lo pagamos nosotros, en mi caso, compartí casa con dos colombianas y una española y entre las cuatro hacíamos las compras de la semana con un fondo común que hacíamos”, finalizó Terezo.
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