El crimen de Malenita: qué dijeron los vecinos del barrio sobre Ariel Díaz, el joven detenido
La Posta! Noticias se acercó al barrio donde ocurrió el lamentable episodio y habló con algunos vecinos, quienes se refirieron al victimario de tan solo 18 años y expresaron la sorpresa por semejante accionar que se le atribuye.
El crimen de Malena en el barrio Pico Rojo a manos de su vecino Ariel Axel Díaz, de 18 años, sigue dando que hablar. El caso consternó a toda la comunidad de General Rodríguez y además trascendió en medios nacionales, por lo escabroso del hecho.
En este marco, La Posta! Noticias se acercó al barrio en cuestión y pudo recabar algunos testimonios de vecinos, los cuales se difundieron en el último stream de Contame La Posta por La Posta TV, los cuales coincidían con que el acusado de ser el asesino de Malena “era tratado por todos como un chico poco social”.
Según reconstruyó este medio, Ariel estaba estudiando en Capital Federal, debía materias, y en la misma jornada en la que cometió el femicidio de Malena, le habría informado a su madre que no iba a ir a rendir las materias que debía. Por lo tanto, fue así que se quedó solo en la casa donde perpetró el escabroso crimen, ya que su madre, su hermana y el padrastro se habían retirado temprano del hogar para cumplir con sus deberes cotidianos.
Rosario fue una de las vecinas que habló con La Posta! Noticias sobre la triste jornada en el barrio. Según detalló, todo empezó entre las 13 y 14 horas con un “grito terrible de la mamá” de Malena.
En medio de la desesperación por la desaparición de su hija, añadió Rosario, “la mamá fue a tocarle la puerta (al asesino de 18 años) y él dijo que no la vio”. Acto seguido, “cerró la puerta y no salió más”. A su vez, la vecina comentó: “Cuando salí llegué a ver que él miró para ambos lados y se metió”.
Luego, subrayó, “un policía se acercó, miró por el portón y dijo que todo es raro porque la ojota y la ropita de la nena está adentro”. “Yo le dije que busque adentro. Entonces, el policía va con un compañero y tocan la puerta. La policía se movió rápido. Y en un momento le dice que lo siente mucho, pero que su nena estaba muerta en la casa de Ruth”, relató.
“Al rato viene la mamá del muchacho. Los vecinos lo agarraron y quisieron golpear al chico. No pudieron y luego rompieron la casa”, continuó Rosario, quien además aseguró que “este barrio, al menos esta calle es tranquila”.
En cuanto a Ariel Axel Díaz, indicó: “El chico era muy educado, muy respetuoso. Era muy tranquilo. No salía de su casa, no tenía amigos, no lo vimos jugar a la pelota ni con nadie. Es muy calladito”.
En tanto, otra vecina, puntualizó: “Cuando era más chico lo conocí. Después dejé de verlos. Él hablaba, cuando mi esposo venía, le hablaba, lo saludaba, a mí me decía tía. La hermana también”.
Finalmente, otro vecino entrevistado por este medio expresó: “Es algo de locos. En el barrio nunca pasó esto. Nunca hubo una muerte (hubo, pero de otra índole). La gente está asustada y ahora más que nunca hay que cuidar a los chiquitos”.
“La gente 'hizo justicia' (por mano propia), pero también entró, empezó a saquear cosas”, puntualizó, y sobre el asesino, catalogó: “El que la mató es un hijo de p**…”.
Por otra parte, Steven, el último vecino entrevistado, reflexionó: “No sé si lo merecían o no, pero eran buenas personas. El padrastro era taxista, trabaja en Capital, y la mamá… ¿Lo criaron bien? Directamente no, porque lo tenían encerrado adentro al pibe. No tenía vida social, no jugaba a la pelota, iba a una escuela particular. El pibe hizo esto, que no tendría que haber hecho. No tiene cabeza. Es un psicópata. Esto no tiene perdón de Dios”, sentenció.
La mayoría de los consultados dijeron estar bastante indignados con la cantidad de gente que llegó de otros barrios para aprovechar a saquear la casa y destruirla, yendo con menores de edad, llevándose TV, heladera, todo lo que estaba a mano. En el lugar quedó una mascota de la familia saqueada que estaba aún asustada y sola del caos de la transformación de lo que solía ser un hogar y pasó a ser como una zona de guerra, ya que destruyeron hasta las paredes.
