
La UTA llegó a un acuerdo salarial, lo que logró disipar el riesgo de un nuevo paro de colectivos en el Área Metropolitana de Buenos Aires. El sindicato liderado por Roberto Fernández firmó con las cámaras un aumento del salario básico en mayo y en junio
La posibilidad de otro paro de colectivos quedó disipada en las últimas horas tras el acuerdo salarial para el bimestre mayo-junio al que llegaron la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y las cámaras empresariales para el AMBA durante una audiencia realizada en la Secretaría de Trabajo.
El acta contempla que desde el 1° de mayo el salario básico conformado para los choferes se elevará a 1.270.000 pesos y desde el 1° de junio llegará a 1.300.000 pesos, en forma proporcional al tiempo trabajado. Además, se acordó que los viáticos y reintegro de gastos serán de 9300 pesos desde el 1° de mayo y de 1700 pesos desde el 1° de junio.
Además, ambas partes se comprometieron a reunirse en junio para evaluar una posible actualización en función del aumento de precios y costos. Y el sector empresarial analizará una compensación de los haberes correspondientes al paro de 24 horas que realizó la UTA el 6 de este mes.
En otra de las cláusulas del convenio firmado, las cámaras aclararon que el cumplimiento de las mejoras está condicionado a “la nueva resolución de los costos e ingresos medios de los servicios de transporte urbanos y suburbanos de la región metropolitana de Buenos Aires que habrá de emanar del Ministerio de Economía que contemple necesariamente que los referidos incrementos convenidos sean asignados/acreditados a las empresas beneficiarias en tiempo y forma para poder hacer frente a los mismos”.
“Se pone de manifiesto que la voluntad empresaria ha sido guiada por los conceptos intransferibles de la responsabilidad social empresarial y el propio riesgo que conlleva su rol en la sociedad, ambos conducentes al fin de preservar el bien superior de la paz social”, agrega la cláusula.
A continuación, afirma: “Asimismo debe servir como antecedente la necesidad que la mencionada resolución de actualización de costos conlleve en esta oportunidad y en las sucesivas una previsión para futuros incrementos salariales, de tal manera que puedan evitarse los extremos indeseables resultantes de la falta de acuerdo con la entidad sindical en las futuras negociaciones salariales, solicitando a tal fin la urgente homologación del acuerdo que alcanzaba”.
De esta forma, el sindicato que lidera Roberto Fernández le puso fin a un prolongado conflicto salarial de los choferes del AMBA, que derivó en el paro del 6 de abril y amenazaba con repetirse en las próximas semanas.
"Un paro que fue justo"
Por otro lado, el presidente de la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA), Luciano Fusaro, había advertido que el sistema de colectivos atraviesa una crisis severa, con subsidios y tarifas congeladas desde hace casi un año, mientras enfrenta demandas salariales imposibles de cubrir en el actual contexto económico, que derivaron en el último paro.
Es preciso mencionar que el conflicto que derivó en un nuevo paro de colectivos que afectó principalmente al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), dejó en evidencia los problemas estructurales de un modelo que, según el empresario del transporte, está “en proceso de desinversión desde hace años, que se suma a un boleto congelado desde hace nueve meses”.
En ese sentido, Fusaro remarcó que el transporte automotor de pasajeros cumple un rol central en la Argentina, especialmente en AMBA, donde representa el principal medio de movilidad para millones de personas por día. “Tenemos el segundo sistema de colectivos más grande del planeta, con 9 millones de viajes diarios. Sin embargo, el sistema está deteriorado y sin respuestas a largo plazo”, explicó el empresario.
En ese marco, Fusaro subrayó que el paro de colectivos decretado por los gremios respondió a una negociación salarial que las empresas no pueden afrontar debido a la falta de actualización tarifaria y al congelamiento de los subsidios. “El planteo es justo, pero las empresas no tienen los recursos. No fijamos el precio del servicio, lo define el Estado y lo que ingresa es exactamente lo mismo desde hace meses”, señaló.
Además, el empresario también apuntó contra la falta de planificación del transporte en general, y cuestionó que se haya priorizado el desarrollo de proyectos como el Metrobús por sobre otros más estructurales. “Buenos Aires fue pionera en tener subte, pero hace décadas que no se expande. En cambio, los colectivos fueron los que se hicieron cargo de la expansión urbana”, recordó.
Por caso, Fusaro explicó que, si bien en marzo hubo aumentos en las líneas de jurisdicción local (de las líneas 200 para arriba), esos incrementos sirvieron solamente para reducir subsidios sin mejorar los ingresos netos de las empresas. En paralelo, resaltó que los subsidios nacionales siguen congelados y que la brecha entre ingresos y costos se agudiza mes a mes, especialmente con una inflación acumulada que supera el 60% en lo que va del año.
“La cuenta que hace el Estado no contempla una partida realista para ajustar salarios ni cubrir costos operativos que suben sin parar. En estas condiciones, el sistema no es sostenible y la gente lo sufre todos los días, especialmente en el Conurbano bonaerense, donde hay menos opciones de transporte”, concluyó.
Fuente: Perfil