Seguridad 26 JUL 2025

Quién es el lugarteniente narco buscado por un brutal crimen que sacudió a la ciudad: su nombre y su rostro

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Se llama Gabriel Fernando Ramírez, es conocido como "El Paraguayo", tiene 23 años y de nacionalidad paraguaya. Actualmente está prófugo de la Justicia, buscado por ser el coautor material del brutal homicidio de Hernán Ezequiel Santillán, un joven de 18 años asesinado de un disparo en la cabeza el 25 de octubre del año pasado en el barrio Altos del Oeste. Se investiga su posible fuga a su país de origen

La Justicia continúa la intensa búsqueda de Gabriel Fernando Ramírez, alias "El Paraguayo", de 23 años y nacionalidad paraguaya, considerado el lugarteniente narco y presunto sicario vinculado al brutal homicidio de Hernán Ezequiel Santillán, un joven de 18 años, ocurrido el 25 de octubre del año pasado en el barrio Altos del Oeste. A casi nueve meses del crimen, Ramírez permanece prófugo y su rostro ha sido difundido públicamente para recabar cualquier información que pueda conducir a su captura.

Mirá el informe de Contame La Posta acá

El trágico suceso tuvo lugar en las inmediaciones de una vivienda ubicada en las calles Hudson y Bolivia, que funcionaba como un "kiosco de drogas" regenteado por una mujer conocida como Mariela Camaras, alias "La Gorda Mariela". Según los informes policiales y testimonios, Hernán Ezequiel Santillán, junto a un amigo, se había acercado al lugar para comprar estupefacientes. La investigación sugiere que el homicidio se produjo por orden de Mariela Camaras, ya que testigos habrían escuchado que ella le dijo a Gabriel Fernando Ramírez "matalo", tras lo cual se efectuaron disparos, uno de los cuales impactó en la cabeza de Santillán, quitándole la vida.

Ramírez es señalado como el sicario de "La Gorda Mariela", encargado de ejecutar sus órdenes. Se le vincula estrechamente con la banda desarticulada por la policía, y es considerado parte del "brazo armado" de una organización narco más grande. Esta red criminal, con conexiones confirmadas por fuentes oficiales locales, operaba en General Rodríguez, Moreno y José C. Paz.

Se ha establecido que la banda tenía ramificaciones y que Franco Montiel, otro nombre mencionado por la familia de Santillán y recientemente detenido en un operativo de la Policía Federal, habría facilitado el arma utilizada en el crimen. La estructura de la banda era amplia, con líderes operando desde un country en Pilar y otros en los barrios Raffo y Altos del Oeste, conectando así el negocio de la droga entre Pilar y General Rodríguez.

Un aspecto escalofriante de la operación contra esta banda fue el rescate de jóvenes de nacionalidad paraguaya que eran traídos con engaños, prometiéndoles trabajo en albañilería en Argentina, para luego ser secuestrados, torturados con golpes, privación de sueño y hambruna, y obligados a vender estupefacientes.

El asesinato de Hernán Ezequiel Santillán conmocionó profundamente al barrio Altos del Oeste, generando un clima de tensión y violencia. Durante varios días consecutivos, los vecinos protagonizaron manifestaciones, cortes de la Ruta 7, e incluso incendiaron la vivienda donde se produjo el homicidio, la cual era el "kiosco de drogas". Se reportaron incidentes donde automovilistas fueron agredidos en el marco de estas protestas, aprovechando la situación de caos.

La fuerte sospecha de la fuga

Mientras Mariela Camaras, la presunta líder del punto de venta de drogas, ya se encuentra detenida y está en proceso judicial, Gabriel Fernando Ramírez (foto) sigue siendo el principal objetivo. La Justicia lo busca intensamente en territorio nacional, pero existen fuertes sospechas de que podría haberse fugado a Paraguay, lo que llevaría a la emisión de una alerta de captura internacional (Interpol) para lograr su extradición y que responda por el homicidio. La difusión de su rostro es vital para la colaboración ciudadana en su localización.

Este caso resalta la complejidad del narcotráfico y sus devastadoras consecuencias, que no solo se limitan a la venta de drogas, sino que derivan en homicidios, disputas territoriales, explotación humana y el desgarro del tejido social.