Seguridad 16 AGO 2025

La pesadilla de una chica que denuncia que tuvo que mudarse por violentas usurpaciones en su casa

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Otra vez Lara Véliz (21), al igual que en marzo pasado, enfrenta una usurpación y amenazas de muerte, mientras la Justicia sigue sin respuestas. La joven de la zona de La Fraternidad estuvo en "Contame La Posta" junto a su hermana Valentina para exponer lo que viene sufriendo desde hace meses, siempre por obra de la misma persona

Lara Véliz, una joven de 21 años residente en La Fraternidad, atraviesa una alarmante situación de violencia y usurpación de su vivienda, un calvario que se repite meses después de un primer ataque. La Justicia, a pesar de sus múltiples denuncias, parece inactiva, dejando a la víctima en una situación de extrema vulnerabilidad.

Mirá acá la entrevista con Lara y Valentina en Contame La Posta 

El conflicto se remonta a fines de marzo de este año, cuando Lara denunció un violento desalojo ilegal de su casa ubicada en la zona de La Fraternidad. La propiedad, que le fue cedida por sus padres y donde nació y se crió, se convirtió en el escenario de una pesadilla. El miércoles 26 de marzo, cerca de las 22 horas, mientras Lara se encontraba sola con su cuñada Trinidad, un grupo de personas irrumpió en su domicilio.

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La joven relató que, al abrir la puerta a un hombre que pedía agua, observó a otros individuos afuera, dos en el techo y uno armado. Al intentar reingresar, recibió un culatazo en la cabeza, lo que le provocó una herida y la obligó a ser atendida en el Hospital Vicente López al día siguiente. La joven acusó a una vecina, Karen Otto, de ser la orquestadora de la maniobra, quien además tiene cámaras apuntando constantemente a su casa, lo que Lara describe como un "acoso constante". Tras la llegada de la policía y la intervención de vecinos, los agresores se retiraron, pero Lara y su familia quedaron con miedo. 

Después de este traumático evento, Lara decidió no vivir más en la propiedad y se la alquiló a su hermano Patricio. Sin embargo, la situación no mejoró para él. La conexión eléctrica de la vivienda era precaria, y Edenor nunca respondió a la solicitud de instalación de un medidor prepago. Una semana antes del último incidente, la conexión fue cortada, y su hermano, ante la falta de energía, optó por abandonar la casa. 

La vivienda quedó desocupada por un corto periodo, y Lara decidió ponerla nuevamente en alquiler. Fue entonces cuando una vecina le advirtió que un hombre ya estaba ocupando la propiedad. El pasado jueves 7 de agosto, cerca de las 18:30 horas, Lara fue a limpiar su casa y se encontró con el intruso. Al increparlo y mostrarle los papeles de la propiedad, el individuo reaccionó con extrema violencia.

"Mi vecina me llamó y me dijo que había un hombre adentro de mi casa, que estaba sacando mis cosas para afuera y encima no solamente las estaba sacando en bolsas, sino que me estaba quemando mis pertenencias", aclaró en Contame La Posta. 

Lara logró filmar parte de la agresión, donde el hombre, visiblemente alterado, la amenazó de muerte, gritó que la iban a matar y golpeó las paredes con un fierro mientras la insultaba. Además, denunció que el hombre sacó sus pertenencias en bolsas y las quemó afuera, rompiendo también ventanas y la puerta.

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"Este hombre empezó a violentarse, obviamente empezó a decir que era su casa, que le estaba haciendo el aguante a un amigo, que supe que el amigo está preso y es el ex marido de esta mujer Karen Otto", añadió. 

"Me rompió todas las ventanas, me rompió toda la puerta, me rompió todas las cosas de adentro, me robaron las cosas de adentro también. O sea mi casa ahora está vacía y mis pertenencias están quemadas afuera. Pero la gente esta sigue entrando a mi casa, por más de que la Justicia misma diga que no pueden entrar a mi casa, esta gente sigue entrando igual a la noche. Siguen usando mi casa como si fuera un hotel, como si fuera que es suya", expresó indignada. 

Algo que se contrapone con el rigor judicial que le aplican a ella: "la policía me dice que yo no puedo entrar a mi casa, porque hasta que no se verifique de quién es la casa no se puede entrar".

A pesar de las múltiples denuncias presentadas por Lara desde marzo, no ha recibido respuestas efectivas por parte de la Justicia. La causa inicial está en manos de la UFI N°9, a cargo de la fiscal Alejandra Rodríguez, y ahora interviene la UFI Nº5 de Moreno, pero asegura que hasta el momento no se ha citado a ninguna de las partes involucradas. 

La única medida que se tomó fue el retiro de una cámara de seguridad instalada por los agresores en un poste de luz, pero poco después fue reinstalada dentro del terreno lindero, nuevamente dirigida hacia su vivienda. Lara relató su frustración ante la fiscalía, donde le dijeron que sus papeles "no servían" y un funcionario le levantó la voz cuando ella estaba alterada por su situación. "La primer causa que yo le hice a ella me la archivaron por el simple hecho de yo estar mal, nerviosa, y querer hacer un bien no solo para mí sino también para mis vecinos", detalló. También mencionó que la policía le informó que solo había tres móviles para todo General Rodríguez cuando llamó insistentemente. 

La situación ha tenido un impacto devastador en Lara. Sufre de problemas de audición y nerviosismo, levantándose extremadamente cansada todos los días a causa de no dormir bien. Vive bajo amenaza de muerte y el temor de que la tragedia ocurra. Lara, que trabaja desde las 6 de la mañana y "no jode a nadie", se pregunta por qué esta mujer sigue hostigándola, especialmente cuando su vida era tranquila antes del conflicto. Desesperada, considera que la única forma de volver a una vida normal es vender todo".

Por si fuera poco, indicó que esta mujer "Karen tiene una cámara en un poste de luz, eso es ilegal, y además dice que me está mirando constantemente por la misma para ver qué hago"

Sus vecinos, aunque afectados, no se atreven a involucrarse plenamente, a pesar de que la situación de violencia y la presencia de "delincuentes" en la casa de Karen Otto impacta en la seguridad de todo el barrio, y amenaza con "volverlo un aguantadero"

"Tengo al lado de mi casa a la que sería familiar de mi madrina. Yo me la pasaba ahí tomando mates. Soy una persona que sale muy de vez en cuando, pero no por eso significa que puedan llegar a entrar a mi casa y romperme todas mis cosas como si nada", concluyó. Lara y su hermana Valentina ruegan por una intervención judicial que ponga fin a esta situación antes de que sea demasiado tarde. 

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