Se trata de Héctor Fernando Zaga, un querido trabajador municipal de 31 años que dejó una huella imborrable entre sus compañeros, amigos y vecinos. Era conocido cariñosamente como “Zaguita”, aunque en sus momentos de fútbol con amigos también lo apodaban “Catagol”, por su alegría y entrega dentro y fuera de la cancha.
Padre de tres hijos (de 14, 10 y 7 años de edad), Héctor trabajaba desde hacía más de una década en el ámbito municipal. Se desempeñó durante mucho tiempo como parquista, al mando de la motoniveladora, y en el último tiempo formaba parte del equipo de poda. Siempre presente, siempre dispuesto, siempre comprometido.
Quienes lo conocieron lo describen como un joven trabajador, responsable y profundamente solidario. En las últimas tormentas que azotaron la ciudad, fue uno de los que salieron en plena madrugada a despejar calles, retirando árboles caídos y ayudando a que la ciudad pudiera volver a la normalidad. "Lo hizo sin esperar nada a cambio, simplemente porque así era él: servicial y con un gran sentido del deber", comentaron desde su entorno.
Además de su entrega laboral, mencionaron que Hector, vecino de Parque Granaderos, era un muy buen hijo, un vecino querido y una persona que supo ganarse el cariño de todos con su humildad, su sonrisa y su buena predisposición.
Lamentablemente, tras averiguaciones de La Posta, pudo confirmarse que se quitó la vida. La noticia de su partida generó un gran pesar en el ambiente municipal, donde sus compañeros y compañeras lo despidieron con enorme tristeza y reconocimiento. También el dolor se hizo sentir entre los vecinos que lo veían día a día trabajando por y para su comunidad.
