
Cómo está la salud de Agustín, el chico golpeado brutalmente por un compañero en la escuela de Güemes
A cinco semanas del ataque sufrido por Agustín (14) a manos de otro alumno (16) de la Secundaria Nº9 (El Chañar entre Arenales y Blas Pascal), su mamá Stefani Miranda volvió a ser entrevistada en el ciclo "Contame La Posta" donde clamó por ayuda para una cirugía urgente y mostró su desazón por la falta de remordimiento del agresor y su entorno
A poco más de un mes de la brutal agresión que sufrió Agustín, un adolescente de 14 años, en la Escuela Secundaria N°9 del barrio Güemes, su vida ha dado un giro radical. Stefani Miranda, su madre, compartió en una entrevista exclusiva en el último envío de "Contame La Posta" la compleja situación que atraviesa el joven, marcada por el dolor, la incertidumbre y una lucha incansable por su recuperación. El ataque, perpetrado por otro alumno de 16 años ya expulsado del establecimiento, dejó a Agustín con graves lesiones que requieren una intervención quirúrgica compleja y costosa.
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Mirá acá la entrevista con la mamá de Agustín
El chico necesita una cirugía maxilofacial urgente para reparar las fracturas que sufrió en el rostro a raíz de la golpiza. Stefani explicó que, aunque han conseguido una cirujana en el Hospital Elizalde (barrio porteño de Barracas), la operación depende de un insumo vital: una malla de titanio. El costo de esta prótesis es exorbitante para la familia: "está valuada en 2 millones 200 mil pesos", reveló Miranda.
La fecha de la intervención ya está estipulada para el 25 de septiembre, pero la falta de la malla representa un obstáculo enorme. Stefani ha buscado el apoyo de las autoridades municipales y escolares, dada la circunstancia del hecho: "yo me comuniqué con gente del Municipio y de la escuela para que den una respuesta, porque la realidad es que esto sucedió dentro del establecimiento. Entonces corresponde que alguno de ellos reconozca este gasto". Afortunadamente, dijo que "los Ministerios de Salud y de Educación están trabajando en conjunto para conseguir esa malla".
La situación médica de Agustín ha impactado profundamente la vida laboral de su madre. Stefani se encuentra sin un trabajo estable, dedicando su tiempo y energía al cuidado y los constantes controles médicos de su hijo. "Por el tema médico de Agus no estoy trabajando, o sea si bien me vengo más o menos manejando ahora con el tema de las reventas, no tengo un laboro estable porque no lo puedo tener. La realidad es esa", lamentó.
A pesar de las dificultades, la buena noticia es que el Estado está brindando asistencia con los traslados a los turnos médicos. "Me están asistiendo, es más mañana (por hoy) tiene turno médico y nos pasan a buscar a las 4 de la mañana", detalló, ilustrando el ritmo agotador al que se someten.
La vida diaria de Agustín sigue marcada por el dolor y las molestias, que persistirán hasta la cirugía. Más allá de la operación, las secuelas podrían ser permanentes, afectando actividades que antes eran parte fundamental de su vida. "A él le gustaba jugar a la pelota, tenía un grupo de amigos que jugaban, habían armado tipo un club barrial entre ellos. Ahora va a estar muy limitado a jugar, y después de la operación un montón de cosas de lo que son deportes y que él hacía, no las va a poder hacer. Le va a cambiar la vida radicalmente", expresó su madre con profunda tristeza.
Emocionalmente, la noticia de la operación también repercute en el joven: "cuando se enteró que tenía que operarse le afectó, se preocupó un montón", dijo Stefani, quien a pesar de la buena noticia de que la cirugía no dejará una cicatriz notoria, mantiene la preocupación sobre posibles secuelas a largo plazo.
"No tienen remordimiento"
Uno de los aspectos más dolorosos para la mujer es la ausencia total de comunicación o arrepentimiento por parte de la familia del agresor. A más de un mes del ataque, nadie se ha puesto en contacto con ella. "La realidad es que no, y dudo mucho que lo hagan. Pasó un montón de tiempo, o sea claramente ahí explica el tipo de crianza que tienen, que le brindaron al chico, por eso es así", sentenció la madre de Agustín.
La falta de remordimiento se extiende al propio agresor, según el testimonio de Stefani. "Al otro día fue a burlarse de lo que le hizo a mi hijo, y después otro día cuando fui a buscar la tarea de Agus me quedó mirando y me sonreía en forma burlona. O sea, te das cuenta que no tiene remordimiento", afirmó, recordando un incidente donde una vecina también mencionó problemas de conducta del joven, como robar pajaritos y bajar la térmica de su casa.
La escolarización del chico de 14 años también se ha visto comprometida. Un orientador social le lleva las tareas y los profesores están colaborando con el envío de material. Sin embargo, el principal problema es su vista. "El tema es leer porque del otro ojo ve distinto, es decir tiene que forzar mucho la vista, le duele la cabeza", aseveró Stefani, detallando que esta situación le provoca "puntadas en la cabeza".
La ayuda de una maestra domiciliaria, fundamental en este contexto, se ha visto demorada por la burocracia: "para mañana (por hoy) le habían dado una, pero estaba de licencia. Y mañana supuestamente viene una, pero justo tenemos médico y no sé si llegamos a coincidir", lamentó, destacando la imposibilidad de Agustín de comprender y avanzar en sus tareas sin un apoyo adecuado.
Stefani Miranda enfrenta esta difícil realidad con fortaleza, pero también con una clara demanda de responsabilidad. Su lucha no es solo por su hijo, sino también por visibilizar una realidad compleja que impacta a muchas familias y pone en evidencia la necesidad de una mejor prevención y respuesta ante los hechos de violencia en las escuelas.
Ante la difícil situación económica y la falta de apoyo, quienes deseen colaborar, el alias de su cuenta para recibir ayuda es agustín.gauna08.mp.