
La provincia de Buenos Aires aprobó una ley que prohíbe el uso de celulares en las aulas de nivel primario, convirtiéndose en la tercera jurisdicción del país en aplicar esta medida. El objetivo es frenar las distracciones y mejorar la calidad educativa
La Cámara de Diputados bonaerense sancionó este jueves el proyecto de ley que regula el uso de pantallas en la primera infancia y en las escuelas primarias, una iniciativa que busca promover hábitos saludables en torno a la tecnología, concientizar sobre sus riesgos y establecer pautas claras respecto a la utilización de celulares dentro de los establecimientos educativos.
El proyecto impulsado por los senadores Emmanuel González Santalla de La Cámpora y Lorena Mandagarán del GEN ya había obtenido media sanción en la Cámara alta, y avanzó con rapidez en Diputados, donde las comisiones de Salud, Niñez y Legislación General lo dictaminaron por unanimidad.
En efecto, el texto que regula el uso de las pantallas en las aulas prohíbe el uso de celulares durante la jornada educativa en nivel primario, salvo que el docente lo autorice con fines pedagógicos, y establece además un marco para la difusión de campañas de prevención y educación digital.
Uno de los ejes centrales de la norma es la promoción del uso responsable y seguro de pantallas en niños y niñas de hasta 12 años, contemplando tanto los riesgos vinculados a la salud visual y la concentración, como a la exposición a contenidos inapropiados y al impacto en los vínculos sociales. Por eso, los autores destacaron que la ley no apunta a demonizar la tecnología, sino a acompañar a las infancias en un entorno más regulado y consciente.
En paralelo, la ley que obtuvo su sanción definitiva en Diputados dispone que el Gobierno bonaerense difunda campañas de concientización en sus páginas digitales y en espacios físicos como centros de salud e instituciones educativas, y prevé la colocación de cartelería con información clara sobre los riesgos del uso excesivo de pantallas junto a recomendaciones para un uso saludable, con el objetivo de involucrar a toda la comunidad educativa y a las familias en la prevención.
Durante el debate, los legisladores destacaron que la iniciativa es fruto de un proceso de unificación de proyectos que tenían matices distintos: el de Mandagarán hacía foco en la obligación de difundir material preventivo en todas las escuelas públicas y privadas, mientras que el de Santalla planteaba una prohibición explícita del uso de celulares en las aulas salvo autorización docente.
En este sentido, el texto consensuado por los diputados y senadores de la provincia de Buenos Aires tomó elementos de ambas propuestas para alcanzar un equilibrio que permitiera su aprobación, por lo que el dictamen contó con el respaldo de Unión por la Patria, el PRO, La Libertad Avanza, la Coalición Cívica, el radicalismo y Unión, Renovación y Fe, lo que garantizó una sanción contundente en el recinto.
Según argumentaron los legisladores, la ley responde a un reclamo de especialistas y docentes, que advierten que los niños de entre 7 y 16 años ya representan el 30% del mercado de teléfonos inteligentes y que en la franja de 10 a 12 años, ocho de cada diez poseen un dispositivo propio. Para los impulsores, regular esta realidad es una cuestión de salud pública y de calidad educativa.
Vale recordar que el proyecto de regulación de pantallas tuvo su primera gran prueba en septiembre de 2024, cuando el Senado bonaerense lo aprobó en sesión ordinaria con un amplio respaldo. Allí, Santalla y Mandagarán defendieron la unificación de sus iniciativas, al destacar que la norma no busca prohibir la tecnología sino recuperar la dimensión social de la educación.
Con el paso de la media sanción en el Senado y la confirmación ahora en Diputados, la norma quedó formalmente consagrada como ley provincial. Desde el oficialismo y la oposición celebraron que la Legislatura bonaerense haya sido capaz de dar una respuesta unificada a una problemática que preocupa cada vez más a padres, docentes y especialistas en salud.
Fuente: La Nación