En los pasillos del poder municipal, se libra una batalla silenciosa pero feroz por el control de una de las áreas más influyentes del gabinete: la Secretaría de Obras y Servicios Públicos. Lo que comenzó como un rumor tras la salida de Miguel Puentes, se ha convertido en una compleja jugada política donde el gremio Atilra busca a toda costa no ceder ni un centímetro de su poder
La posible asunción de Mauricio Ríos como concejal en diciembre, un movimiento que parece cada vez más probable dado su desgaste en la gestión, dejaría vacante una secretaría clave. Ante este escenario, y la aparente falta de un reemplazo de la misma talla dentro de sus filas, Atilra ha ideado una maniobra audaz: que el actual jefe de Gabinete, Luciano Larralde, asuma también la conducción de Obras, Servicios Públicos y Vivienda.
Mirá acá el informe de Contame La Posta al respecto
Esta jugada, de concretarse, no solo evitaría que el gremio pierda el control de la estratégica secretaría, sino que consolidaría aún más el poder de Larralde, una de sus figuras centrales. Sin embargo, la propuesta genera interrogantes sobre la viabilidad de que una sola persona pueda gestionar simultáneamente la jefatura de Gabinete y una de las secretarías más demandantes y complejas del municipio. Se argumenta que, en la práctica, Larralde ya interviene en múltiples áreas, pero también es cierto que ha actuado más como un "apagador de incendios" en situaciones de crisis que como un gestor del día a día en áreas ajenas a la suya.
El movimiento de Atilra no ocurre en el vacío. Responde también a la creciente especulación sobre el posible regreso al Ejecutivo de Marcelo Basilotta, una figura política de gran peso y el "Capitán" capaz de "domar" al "Kraken" gremial. La vuelta de Basilotta, quien actualmente es funcionario en Merlo pero mantiene una estrecha amistad con el intendente Mauro García, es vista como una estrategia del propio jefe comunal para "nivelar" las fuerzas internas y evitar que un solo sector acumule un poder incontrolable.
La interna que forzó la salida de Miguel Puentes dejó un desequilibrio de poder que favoreció claramente a Atilra. Ahora, con las elecciones bonaerenses superadas y la conducción de Heber Ríos revalidada en el gremio lechero, el sindicato busca expandir su influencia. Sin embargo, la posibilidad de que Larralde absorba Obras Públicas es una apuesta arriesgada que podría concentrar demasiado poder en una sola figura, generando nuevas tensiones en un gabinete que necesita estabilidad para los dos años finales de gestión.
La pregunta que resuena es si el intendente García permitirá esta concentración de poder o si, efectivamente, llamará a un viejo "Capitán" para navegar las turbulentas aguas de la política local y mantener a raya al "Kraken" gremial. La decisión final sobre quién ocupará la secretaría de Obras Públicas definirá, en gran medida, el equilibrio de poder en General Rodríguez de cara al futuro.
