Este domingo 28 de septiembre, jinetes, carruajes y carretas se reunirán en el evento de concentración equina más grande del mundo, acompañado de música, fogones y juegos tradicionales en la ciudad vecina de Luján. En este sentido, Teresa Buldorini, referente de la ONG SOS Can, en el último programa de "Contame La Posta" analizó la evolución de los controles, el rol del Estado y el persistente desafío de proteger a los caballos. "Queremos que ningún caballo se nos muera", afirmó
General Rodríguez se prepara una vez más para ser un corredor clave en la tradicional "Peregrinación Gaucha" a Luján, un evento que cada año reaviva el debate sobre la tradición y el bienestar animal. En este contexto, Teresa Buldorini, una de las voces más reconocidas del proteccionismo local y miembro de SOS Can, compartió su visión sobre los avances y las deudas pendientes en el control del evento, destacando una organización que, según ella, se presenta "mucho mejor" que en años anteriores.
Mirá acá la entrevista con Teresa Buldorini
La peregrinación, que tendrá su jornada principal el próximo domingo 28 de septiembre, ha sido históricamente un foco de controversia. Imágenes de caballos agotados, heridos o incluso muertos al costado de la ruta se convirtieron en postales tristemente habituales en el pasado. Sin embargo, gracias al trabajo sostenido de organizaciones como SOS Can y Equus, junto al apoyo municipal, General Rodríguez fue pionero en implementar controles exhaustivos hace más de una década.
Este año, la organización da un paso más allá con una intervención más directa del Estado provincial. Buldorini destacó la incorporación del Ministerio de Seguridad, que junto a la Patrulla Rural y veterinarios policiales, apoyará los puestos sanitarios que se instalarán en el corredor. "A nosotros esto nos tendría que haber sucedido siempre", reflexionó Buldorini durante la entrevista, subrayando una demanda histórica del proteccionismo. "Es el Estado el que tendría que haber estado en estos controles y no las asociaciones. Siempre tendría que haber estado el Estado en esto", reafirmó.
La nueva modalidad busca protocolizar y dar un marco de legalidad más robusto a los controles, donde la Patrulla Rural se encargará de solicitar la documentación de los animales y los veterinarios policiales evaluarán su estado sanitario.
La lucha contra el "falso tradicionalismo"
Uno de los puntos centrales que abordó Buldorini es la diferencia entre los centros tradicionalistas y aquellos que utilizan la peregrinación sin ningún tipo de cuidado por los animales. En años anteriores, la enorme mayoría de los participantes no tenían relación con la tradición gaucha.
"Hay animales que vienen de zona Sur, que estuvieron el día anterior trabajando, levantando basura o demás, de carreros", explicó, describiendo la dura realidad de muchos caballos que eran sometidos a un esfuerzo extremo sin descanso. Si bien este fenómeno ha mermado, la lucha continúa. En 2019, la proporción era de un 40% de carreros y un 60% de tradicionalistas, una mejora notable respecto a años anteriores cuando los "carreros" representaban más del 80% del total.
La clave, según Buldorini, está en la decisión política de Luján de convertir el evento en un desfile para centros tradicionalistas inscriptos, fomentando que los animales lleguen en camiones o batanes hasta las cercanías del desfile y no caminando decenas de kilómetros.
"El que realmente ama la tradición y a su caballo, lo va a querer subir a un batán y que venga a Luján tranquilo y desfilemos y estemos todo bien, y no atarlo a un carro y subirme porque también está cuestionado esto de venir subidito al caballo y exponerlo", sentenció Buldorini, apuntando a un cambio cultural necesario incluso dentro del tradicionalismo.
La visión a largo plazo es clara para los proteccionistas. La esperanza está puesta en que la peregrinación se transforme definitivamente en un desfile regulado, eliminando el tránsito de animales a pie o en carros por las rutas.
"Yo creo que esto, vuelvo a repetirlo, es una decisión política de Luján. Si Luján logra esto que está encarando y que es positivo, depende de Luján de que no deje pasar a los que no tienen que pasar", afirmó con convicción. Para Buldorini, este cambio cultural decantará por sí solo con el tiempo. "Si un día se da, yo quisiera saber cuántos son los que vienen a hacer el desfile. ¿Cuántos son? Por eso te digo que va a ser por decantación", dijo.
Mientras ese futuro llega, el trabajo en los puestos de control sigue siendo fundamental. Con la colaboración de Equus en el puesto de Las Latas y el acompañamiento de SOS Can, los voluntarios se preparan para otra intensa jornada con un solo objetivo en mente: velar por aquellos que no pueden expresar su dolor.