
La reciente decisión de la Corte Suprema bonaerense en el caso Chivilcoy marca un quiebre en el debate sobre salud pública y acceso al agua en Argentina, sentando un precedente judicial que impacta directamente en las demandas de los vecinos de General Rodríguez y de toda la región afectada por la contaminación de arsénico
Tras más de 10 años de reclamos, la Justicia de la provincia de Buenos Aires ordenó garantizar agua libre de arsénico a los vecinos de Chivilcoy. El fallo obliga a la empresa proveedora a construir una planta de ósmosis inversa y a realizar controles periódicos para asegurar la calidad del suministro. Esta sentencia no solo reconoce un derecho humano básico, sino que también visibiliza la amenaza invisible que representa el arsénico, un contaminante natural que se halla en los suelos y napas de gran parte del territorio argentino.
El arsénico es incoloro, inodoro e insípido, haciendo imposible detectarlo sin análisis específicos. Sin embargo, sus consecuencias son concretas y graves: el consumo prolongado en concentraciones superiores a los 0,01 mg/l es asociado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a lesiones cutáneas, enfermedades cardiovasculares y diversos tipos de cáncer.
La Justicia ya le había dado la razón a la comunidad en primera y segunda instancia. Ahora, con la desestimación del recurso de ABSA, la sentencia quedó firme: la empresa deberá construir una planta de ósmosis inversa y mejorar el servicio en forma urgente.
Este fallo es un precedente histórico para Chivilcoy y para toda la provincia al reafirmar que el derecho humano al agua está por encima de cualquier interés económico. Además, obliga al Organismo de Control del Agua (OCABA) a realizar controles bimestrales y transparentes.
El caso de Chivilcoy, una de las localidades señaladas con niveles de arsénico elevados, establece un precedente jurídico potente. Demuestra que la Justicia puede ser una aliada en la defensa de derechos básicos y que el desafío del agua segura ya no es postergable. Este fallo seguramente inspirará nuevos reclamos en distintos territorios, ofreciendo una base legal favorable para los vecinos de General Rodríguez, quienes enfrentan la misma problemática.
La situación de General Rodríguez
La problemática del arsénico que llevó al fallo histórico en Chivilcoy atraviesa también a General Rodríguez, identificado por un informe del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) como uno de los municipios con niveles de arsénico en el agua superiores a los límites recomendados por el Código Alimentario Argentino (CAA) y la OMS.
Ante esta situación alarmante, que encendió las alarmas de la comunidad y generó un debate crucial sobre la responsabilidad estatal, el senador bonaerense del PRO, Marcelo Leguizamón, presentó un pedido de informes en la Legislatura provincial. La solicitud busca exigir explicaciones al gobierno provincial y a la empresa Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA), reclamando detalles sobre los análisis realizados en los últimos dos años y los planes de inversión y tecnologías de filtrado destinadas a reducir la contaminación.
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Por su parte, el Dr. Carlos Colángelo, titular del Consejo Profesional de Química de la Provincia, calificó la situación de "inconcebible" y declaró un "estado de alerta". Colángelo cuestionó duramente la falta de tratamientos adecuados para garantizar la potabilidad del agua de red, a pesar de que la presencia de arsénico en Argentina suele tener un origen natural en las napas.
En una entrevista para "Contame La Posta" semanas atrás, el experto químico enfatizó que no debería haber valores altos en el suministro de red, afirmando: "me llama poderosamente la atención de que pueda haber valores altos en la distribución de agua de red, porque el Código Alimentario es bien claro que hay más de 50 parámetros que tienen que medirse constantemente en el suministro de agua para lograr entregar un agua de calidad".
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Respecto a los riesgos sanitarios, Colángelo fue contundente al asociar la ingesta de agua contaminada con enfermedades graves, aunque precisó que el problema es el consumo y no el contacto por la piel: "la ingesta de agua con niveles de arsénico superior a lo indicado y recomendado por la OMS, produce después de muchos años algunos problemas como ser por ejemplo problemas de cáncer de piel". Además, subrayó que el arsénico está "demostrado que es un agente cancerígeno en el ser humano".
Para General Rodríguez, el Dr. Colángelo sugirió la necesidad de un "muestreo serio estadísticamente significativo para tranquilidad de los vecinos" y la implementación de "plantas de tratamiento y mezclar con el agua que obtengan del pozo del agua subterránea, y con eso tratar de compensar los niveles para llegar a un nivel aceptable y distribuir así a la población".
Mientras avanza la presión legislativa y ciudadana, y el fallo de Chivilcoy actúa como un impulso legal, investigadores de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y el CONICET han desarrollado una solución innovadora y de bajo costo para purificar el agua contaminada con arsénico, basada en la técnica de hierro cero-valente.
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Estas soluciones tecnológicas, que buscan ser replicables en la llanura Chaco-Pampeana (donde se ubica General Rodríguez), actúan como un puente para reducir riesgos sanitarios mientras las grandes infraestructuras se consolidan.
El precedente de Chivilcoy y la creciente conciencia en General Rodríguez demuestran que la combinación de presión ciudadana e innovación tecnológica será decisiva para garantizar el acceso a agua potable segura y transformar este desafío sanitario en un verdadero cambio de paradigma.