Política Seguridad Sociedad 23 OCT 2025

Horror, ausencia de Ley y Estado en un barrio de los más abandonados pese a su cercanía al centro

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En un barrio donde se nota el abandono como en pocos (quizás el más "céntrico" de los que viven esa situación), caminar ayer al fondo de la "ondulada" y angosta calle de tierra que (pareciera irónicamente) han llamado "Avenida Libertador Gral. San Martín", era solo una de las constantes miradas analíticas de desazón que se tienen al entrar al lado profundo del barrio San Martín de General Rodríguez.

Los vecinos, que seguían azorados por lo sucedido el martes por la noche en una casa de la calle homónima del barrio tras las lesiones seguidas de incendio que allí ocurrieron pasadas las 22 horas y con más rumores que certezas, comentaban (con varias inexactitudes producto de la incerteza): "solo sabemos que entraron desde familiares de la exmujer de un chico y golpearon al abuelo paterno de una nena que fue abusada", mientras circulaban videos del hombre muy herido en una cama del hospital (originalmente culpaban al padre, pero se estableció que nunca fue así, que la denuncia se hizo sobre el abuelo de la nena, es decir, el herido del linchamiento).

Además, vecinos añadieron que "el hombre herido tendría una situación similar en Misiones desde hace años". Pero todo esto, al momento, sin presencia o certeza de una investigación penal, que quizás, exista, pero que hasta ayer a la noche, ni la propia justicia tenía acreditada (se tratará de consultar más para el programa de la noche de hoy en Contame La Posta, de La Posta TV).

En uno de los barrios que más abandono se nota, además de la falta de ley y orden, de la nula búsqueda de las vías normales de la justicia y de la victoria de la fuerza por sobre el criterio de la Ley, lo único que se veía con claridad era la repetida ausencia estructural que aviva en cada uno de estos hechos una injusticia que se vuelve exponencial.

 Hay una sincronía absoluta entre la basura en la calle, la falta de luminaria, la gente llevándose restos de la puerta de la casa saqueada, los jóvenes usando estupefacientes a plena tarde y los pozos de la angostísima ¿avenida? San Martín (si la "Avenida 9 de Julio" se denomina "la más ancha del mundo", la del barrio San Martín, podría bien candidatearse a la más angosta y destruida), el "antihomenaje" más cabal que se le puede hacer al Libertador de la Patria. 

Este patrón parece moldearse muy rápidamente en las mentes de los vecinos y se repite en lo que bajo cualquier criterio legal es pura irracionalidad, pero allí, a la luz de la total ausencia de Estado, es un obvio camino de "soluciones veloces", sin largos trámites ni mucho debate. La inacción de un lado, acelera la acción del otro. Una acción que no requiere de criterios o justicias ordenadas, se vale de necesidades, fuerza bruta y un desahogo que le grita al sistema "qué me importa, acá no reinás vos".

Con estos hechos que suceden más a menudo que lo que se imagina y muchísimo más seguido de lo que se debate en algún recinto, la realidad se impone caótica, violenta, silenciosa y ácida como la aceptación innata que traen los vecinos de la vida que observan en cada mañana "normal" de esta desordenada vecindad, alejadísima de los discursos rimbombantes de los estados superiores que este domingo se estarán echando culpas unos a otros, nuevamente, alejadísimos de modificarles su existencia.