Sociedad 28 OCT 2025

La oscura historia familiar por la que un joven de General Rodríguez quiere cambiarse el apellido

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Nicolás Salvatierra tiene 19 años, vive en el barrio Raffo y desde hace tiempo carga con una historia familiar que lo marcó profundamente. Hoy, su deseo es dejar atrás ese pasado y cambiar su apellido.

Su historia tomó estado público en 2021, cuando Nicolás presentó una denuncia por abuso sexual infantil. En esa presentación, relató que uno de sus hermanos mayores lo había abusado durante dos años, cuando él tenía apenas seis. Según la denuncia, los hechos ocurrieron en la vivienda familiar de la calle Formosa al 700, cada vez que su madre se ausentaba del hogar.

"Mi madre estaba presente en cada violación", dijo. En otras ocasiones, aunque no presenciara la violación, estaba "en la misma casa, me separaba una pared, una pared en la que se escuchaban mis llantos se escuchaban mis lágrimas se escuchaba que pedía por favor que que no me hicieran lo que me estaban haciendo. Yo cuando pedí ayuda ella me obligó a callarme me dijo que si yo hablaba si se lo contaba a alguien más me iba a entregar a un juez de menores".

El acusado era seis años mayor que él, por lo que al momento de los hechos también era menor de edad. Nicolás asegura que, a pesar de haber contado su historia ante la justicia, “no se hizo demasiado” debido a esa circunstancia.

De su padre, Nicolás también asegura que "él no me creyó e incluso me culpó, tratándome de enfermo". En la entrevista, el joven precisó que su padre "decidió apoyarlos a ellos fue alguien más que me dejó de lado a mí decidió optar por no acompañarme no creerme eh incluso decir que yo mentía".

Fue recién a los nueve o diez años, al empezar a usar redes sociales y ver otros casos, que empezó a entender y a concientizarse de que lo que le pasaba "estaba mal... algo que no era normal que me pasara a mí". A los 13 años, tomó la decisión de irse de casa y encontró refugio con una vecina, quien fue la primera persona a la que le contó lo que le pasaba y la primera que sintió que le creía. 

"La reacción de ellos fue increíble porque no reaccionaron directamente es como que hubieran echado un perro a la calle se hubiesen deshecho de algo que no servía, algo que era algo que era descartable, no les importó... desde el primer momento me dejaron solo me abandonaron completamente", explicó. También señaló que vecinos de su barrio "me juzgaron, se escuchaba que cuestionaban por qué hablé después de tanto tiempo pero era difícil siendo tan chico darme cuenta de lo que pasaba".

Hoy, el joven vive con esa vecina a una cuadra de aquella casa, en la zona de Misiones al 300, también en barrio Raffo. No tiene contacto ni con su madre ni con sus hermanos. 

Las secuelas del abuso sexual

"Lo que más me afectó es el es la ansiedad... yo sufrí mucho la ansiedad con la comida yo me ahogaba en comer todo el tiempo era como que era un refugio algo para llenar el vacío que tenía dentro", dijo Nicolás. Esto lo llevó a un sobrepeso grave, llegando a pesar 99 kg a los 12 años, con riesgo de problemas cardíacos. Además, confesó que entre las secuelas "también fueron intentos de suicidio. Yo tengo varios cortes en los brazos"

Viviendo con su vecina, Nélida, su vida cambió. "La ansiedad disminuyó un montón yo empecé a salir, me sentía libre, tenía la libertad de no sé levantarme un día y saber que no estaba dentro de ese de esa casa donde sufrí tanto", confesó. 

Nicolás decidió iniciar el trámite para cambiar su apellido. No quiere llevar ni el de su padre ni el de su madre. "Yo decidí porque no quiero tener ningún vínculo con estas personas ni siquiera a través del apellido", cerró, asegurando que más allá del tormento que vivió, "hoy siento el valor y tengo las fuerzas para contarlo y que la gente sepa que yo no tengo miedo a hablar en público"