Esta madrugada sabatina de feriado largo agregó un nuevo siniestro vial en la Ruta 7, cerca de la estación Pablo Marín, cuando un VW Bora terminó en una zanja tras ser perseguido por la policía. Sin embargo, lo que trascendió al momento, cambió la óptica de lo que se pensaba en un comienzo.
Eran cerca de las 2 am del sábado cuando aparecieron avisos de una situación urgente. Los primeros datos hacían mención de que un auto se había ido a la zanja en plena Ruta 7 a raíz de una persecución policial a metros del siempre peligroso cruce con Rivadavia, entrada al barrio Agua de Oro.
Todo indicaba que se habría iniciado una persecución de un delincuente a raíz de algún delito y que por tal persecución, cuando llegaron a ese punto, el VW Bora negro que escapaba, terminó violentamente saliendo de su carril y yéndose a parar a la zanja del lado norte. Al lugar arribaron policías y bajaron al sujeto del auto, esposándolo en el lugar y a los gritos.
El conductor del auto estaba bien de salud para el accidente que padeció y se lo notaba joven. Allí terminó saliendo a la luz que no se trataba de un ladrón, sino presuntamente un chico que habría evadido un control de Tránsito y a partir de allí inició su escape hasta terminar en la zanja.
De testigos presentes que comunicaron que arribaron al lugar varios móviles de policía y de Tránsito se aseguró que en el sitio se dijo que el chico sería menor de edad, de 17 años y que se asustó al ver un control y habría decidido huir. Los vecinos se calmaron y se esperaba que una grúa vaya a retirar al VW Bora negro del lugar. Sin problemas de salud, lo que quedaría es solamente el retiro del auto por parte de la grúa y que el joven afronte la multa o el propietario del auto, que será mucho menor a lo que podría haber sido una tragedia de haber terminado peor.


