Sufrió un accidente laboral, quedó en la calle y ahora denuncia a sus ex empleadores
El último episodio de "Contame La Posta" visibilizó la dramática historia de Matías Decatra, un joven de General Rodríguez que sufrió un devastador accidente laboral en la provincia de Santa Fe y fue abandonado a su suerte por sus empleadores, lo que lo llevó a vivir en la calle. Matías, acompañado por Darío Sosa, referente de la ONG "Crisol de Sueños", relató el calvario que comenzó hace un año y que lo mantiene postrado y sin acceso a la Justicia
Matías, residente del barrio Almirante Brown, buscó trabajo en Capital Federal: "yo pedí trabajo en una agencia en Capital". Fue contratado en una dirección, Lavalle al 900, para un trabajo que sabía que era "para fuera". Lo trasladaron a Venado Tuerto, en Santa Fe, para trabajar como ayudante de durlock en la construcción de un mayorista chino.
Mirá acá el testimonio de Matías Decatra
A los pocos días sufrió un accidente terrible: "estaba subido a una altura de 6 metros y el andamio se vino abajo; yo me caí de esa altura". En el hospital, le diagnosticaron la gravedad de la lesión: "me había fracturado el tobillo y roto como cinco o seis partes. Yo necesitaba una planchuela y ocho tornillos".
La reacción de los empleadores fue de abandono inmediato, enfocándose solo en el costo de la cirugía. Matías recuerda la pregunta que le hicieron en el hospital: le consultaron si podía abonar la operación "que eran 13 millones de pesos, todo de una".
El vecino relató la huida de su jefe: "mi empleador apenas se enteró que me tenía que ayudar con la operación se fue, me hizo abandono de persona en el lugar".
Cinco días en el piso
Tras ser abandonado, Matías quedó varado en la obra por casi una semana con el pie fracturado: "yo quedo tirado 5 días en el piso porque no tenía manera de venirme". Los días transcurrieron en condiciones infrahumanas: "estaba horas durmiendo en el piso".

Pero, el dolor físico se combinó con el colapso mental: "me arrastraba hasta el baño, me volvía a arrastrar hasta la pieza, era mucho el dolor, no tenía medicación y también psicológicamente estuve muy mal porque no sabía si mi pie se me estaba pudriendo, me dolía mucho".
Finalmente, deslizó que el empleador "tuvo que volver a buscarme" para traerlo de vuelta a General Rodríguez, solo para volver a desaparecer después. "Me trajo hasta General Rodríguez, y ahí me dijo 'bueno mañana te llamo'. Y nunca más me llamó", añadió.
La llegada a situación de calle
Incapaz de afrontar su situación y con graves problemas psicológicos, Matías se separó de su pareja después de pasar meses postrado y sin poder caminar. El peso emocional lo llevó a una decisión desesperada: "estaba muy inquieto por toda la situación que estaba pasando, estaba mal psicológicamente, estaba lastimado del pie, discapacitado para toda la vida, entonces afronté eso como pude. Como que se me hizo una nube y me fui, me escapé, me fui a esconderme de la realidad que estaba pasando en ese momento".

El joven estuvo en situación de calle durante "casi dos meses", alternando entre General Rodríguez y paradores en Capital, donde sufrió "mucha violencia, sufrí peleas, o sea era muy feo", sumado al "frío que se pasa, la lluvia, el hambre, la necesidad y estar lejos también".
El rescate de la ONG
Darío Sosa, referente de "Crisol de Sueños" (ONG que trabaja en barrios como Güemes y Altos del Oeste), explicó que Matías ya había participado en el pasado en la asociación de jóvenes. Aunque no se dejó ayudar por "vergüenza o por no generar una molestia", la ONG lo buscó y logró darle un techo.
Darío detalló la ayuda crucial: "hicimos una rifa con unas cosas que nos habían donado, hicimos una canasta y pudimos conseguir parte del dinero para poder conseguirle un alquiler".
Gracias a la colaboración de vecinos y otros donantes, como Manuel Anigstein que donó una cama, Matías pudo dejar la calle. La ONG también consiguió una tomografía con ayuda de Noemí Toledo para evaluar el estado actual de su pie.

Un año después del accidente, el pie de Matías está en muy mal estado. Debido a que la fractura no fue tratada con cirugía, "el pie quedó mal, o sea hay que operarlo, poner los clavos y volver todo a su lugar". El pie le quedó "así torcido" y "le quedó mal", lo que le impide trabajar en actividades de fuerza, pues "no puede estar más de 2 horas parado". Los médicos creen que podría quedar con una cierta discapacidad e incluso "con un pie más corto que el otro".
Mientras tanto, la denuncia laboral que Matías inició se encuentra estancada: "iniciamos las acciones legales correspondientes pero nunca se presentó y no se hizo cargo de nada". Un año después de haber mandado una carta documento a sus ex empleadores, no ha habido avances: "pasó un año y todavía no hay respuesta".
Actualmente, el vecino rodriguense está intentando subsistir haciendo changas de jardinería con una "máquina de cortar pasto que pudimos conseguirle", pero el tiempo que puede trabajar es limitado. Darío Sosa detalló las necesidades más urgentes del joven: "no tiene una cocina donde poder cocinarse, no tiene una mesa para poder sentarse tampoco, y después poca ropa". Sugirieron que sería de "mucha ayuda una cocinita, un anafe, una garrafita, porque está calentando pavas eléctricas para bañarse".
Para aquellos que deseen colaborar, ya sea con donaciones o con changas de jardinería, pueden comunicarse al número de la asociación civil "Crisol de Sueños": 11-3757-4892.


