Sociedad 21 DIC 2025

Una esperanza contra el arsénico: qué solución se estudia para la región

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Hace un tiempo, la ciencia argentina viene poniendo manos a la obra contra el arsénico: en ese sentido, ahora el carbón vegetal surge como una nueva esperanza para el agua en la provincia de Buenos Aires, y sus diferentes zonas afectadas por esta problemática, como General Rodríguez. Cómo es este procedimiento desarrollado por un equipo del CONICET

En un contexto donde la calidad del agua se ha transformado en una de las mayores preocupaciones sanitarias y ambientales de Argentina, la ciencia local vuelve a marcar un hito. Un equipo de investigadores del CONICET ha avanzado en el desarrollo de una técnica innovadora y de bajo costo que utiliza carbón vegetal para remover arsénico y nitratos, dos de los contaminantes más persistentes en las napas de la provincia de Buenos Aires.

La propuesta, liderada por el Centro de Tecnología de Recursos Minerales y Cerámica (CETMIC), consiste en transformar biomasa residual (como cáscaras de semillas o restos de poda) en un potente agente filtrante. A través de un proceso que utiliza un reactor químico sumamente económico, construido incluso con latas de conserva y tubos de ventilación, se genera carbón vegetal de manera homogénea y barata.

Lo verdaderamente disruptivo de esta investigación, encabezada por el científico Pablo Arnal, es la capacidad de modificar la superficie del carbón. Mediante un tratamiento con ácido nítrico y un proceso térmico a 800 grados centígrados, los investigadores lograron reordenar los átomos del material para que este pueda capturar sustancias de carga negativa como el arsénico y los nitratos. Los ensayos de laboratorio ya han arrojado resultados prometedores, logrando disminuir más del 50 por ciento de la concentración de nitratos.

Una solución que se suma a la técnica del "hierro"

Este avance no llega de forma aislada, sino que complementa otros desarrollos recientes. Meses atrás, investigadores de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y el CONICET presentaron una solución basada en la técnica de hierro cero-valente (ZVI). Aquella técnica, implementada con éxito en una planta piloto en Pipinas, utiliza la corrosión controlada del hierro para atrapar el arsénico, permitiendo tratar hasta 15.000 litros diarios de agua.

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Ambas tecnologías comparten una filosofía común: ser herramientas de bajo costo y fácil implementación pensadas para localidades rurales o pequeñas comunidades donde los sistemas convencionales de potabilización son inaccesibles. 

La controversia del "Mapa del Arsénico"

La urgencia de estas soluciones es palpable en distritos como General Rodríguez. Nuestra localidad quedó "en el ojo de la tormenta" tras la publicación del "Mapa del Arsénico" del ITBA, que ubicó al municipio en un estado de "alerta rojo" con niveles de 67 ppb (partes por billón), superando ampliamente el límite de 50 ppb establecido por el Código Alimentario Argentino. 

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Sin embargo, este mapa no estuvo exento de polémica. El Consejo Hídrico Federal (COHIFE) desautorizó el informe por "falta de rigor científico", argumentando que las muestras fueron aportadas por particulares sin protocolos de control ni trazabilidad verificable. A nivel local, el Director de Política Ambiental de General Rodríguez, Germán Tamagni, también cuestionó los datos, señalando que los puntos analizados correspondían a agua de pozo y no a la red oficial, la cual debería cumplir con los parámetros de potabilidad tras su filtrado. 

Más allá de las disputas metodológicas, el riesgo sanitario por la exposición prolongada al arsénico (causante de enfermedades como el HACRE y diversos tipos de cáncer) es una realidad reconocida por numerosos especialistas. Por ello, la validación a mayor escala de estas nuevas técnicas de filtrado con carbón vegetal representa una luz de esperanza para garantizar el acceso equitativo al agua segura en toda la llanura Chaco-Pampeana. 

Fuente: Capital 24