Vecinos reclaman por el descontrol en la Plaza Central durante la madrugada de Navidad
Vecinos de pleno casco urbano vuelven a encender la alarma por una situación que, lejos de mejorar, se agrava día a día en el corazón de la ciudad.
A metros del Palacio Municipal de General Rodríguez y a tan solo una cuadra de la Comisaría Primera, el centro se convirtió -según acusan- en un espacio sin autoridad, especialmente durante los fines de semana y feriados, tal es el caso de la madrugada del 25 de diciembre, posterior al brindis por Navidad.
Las quejas se repiten y apuntan todas al mismo lugar: motos circulando a alta velocidad, maniobras peligrosas, consumo de alcohol en la vía pública, ruidos extremos durante toda la noche y ausencia total de controles efectivos. “Llamás y dicen que no pueden hacer nada”, resumió Florencia, vecina que vive frente a la Plaza Central y que meses atrás habló sobre este mismo tema en Contame La Posta (La Posta TV), con profunda indignación.
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“El problema es que los controles los ponen los domingos, cuando no pasa nada. Los días complicados, no hay nadie”, cuestionó Florencia en diálogo con La Posta! Noticias, al tiempo que se quejó de los ruidos ensordecedores desde la medianoche hasta las primeras horas de la mañana.
La escena se repite: motos estacionadas, personas consumiendo alcohol durante horas y luego retirándose en vehículos, con el riesgo latente de provocar un accidente grave. “Es una desgracia esperando suceder”, advierten.
Si bien el Municipio realiza tareas de limpieza, Florencia aseguró que el daño se renueva cada fin de semana. Botellas, residuos, motos circulando dentro de la plaza y personas haciendo sus necesidades en la vía pública y hasta en las entradas de las casas.
Un dato que llamó la atención fue que parte del "botellerío" fue retirado por una camioneta que no parecía oficial, lo que generó aún más desconcierto.
El hartazgo ya escaló a situaciones de tensión en otros barrios. La propia Florencia afirmó que, hablando con distintos vecinos de la ciudad, le habrían recalcado que situaciones similares se registran en barrios como Bicentenario, de las cuales algunas terminarían enfrentando a los vecinos y motociclistas por mano propia.
El reclamo no es aislado ni nuevo, pero sí cada vez más urgente, al tiempo que admitió que teme que el desenlace sea inevitable: un accidente fatal, un comercio destrozado o una persona inocente herida.
Mientras tanto, el ruido continúa y las noches se hacen interminables. “Fines de semana y feriados, esto es tierra de nadie”, concluyen.