Sociedad 9 FEB 2022

La incansable lucha de la madre de Franco Benavídez: "Nos cagaron la vida, pero vamos a salir adelante"

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Patricia González, la mamá del joven que fue brutalmente golpeado en barrio Bicentenario, contó la difícil situación que atraviesa: desde las secuelas que le quedaron a su hijo tras la paliza recibida, la pérdida de su trabajo, sus problemas de salud y su lucha con la burocracia para recibir ayuda estatal.

Hace unos días, Patricia González recibió un llamado en el que sus jefes le dijeron que no iban a poder conservarle su puesto de trabajo como cuidadora de un adulto mayor. Trabajaba "en negro" y pese a la tristeza y el nerviosismo de quedar desempleada en este dificil momento que vive, lo entendió: desde hace un mes y medio, pasa sus días entre llamados e insistencia constantes al Estado para recibir tanto ayuda económica y logística como justicia, mientras acompaña la lenta y difícil recuperacion de su hijo, cuya vida no volverá a ser la misma.

Aquel 20 de diciembre pasado, a Franco Benavídez (20) lo atacó una patota a golpes en un acceso al barrio Bicentenario y le dieron un fierrazo en la cabeza. Terminó internado en terapia intensiva, logró recuperarse y ahora pasa sus días entre sesiones de kinesiología, rehabilitaciones y controles médicos, mientras padece las secuelas del brutal ataque: mareos, vómitos, cansancio y la necesidad de asistencia constante. Necesitará, también, una prótesis de metal en la cabeza. 

"Se le duermen las manos, las piernas y los pies. Se sienta en el patio, pero no aguanta y tiene que volver a la cama a acostarse. Su cuerpo no le responde y muchas veces su cabeza tampoco. Viajar con él hacia algun lugar es arriesgarme a que se desmaye en el camino. Como con los golpes le dañaron una parte del cerebro que controla el comportamiento, según me explicaron, él suele estar por momentos ansioso, por otros angustiado, y necesita constatemente de su medicación", explicó la mujer.

Patricia, que a su vez tiene otro hijo de 14 con problemas neurologicos que atender, tiene previsto hacerse estudios porque tampoco viene sintiéndose bien, producto del estrés que genera su realidad. Tras la insistencia de hacer llamados y golpear puertas, contó que "el Municipio me va a pagar el alquiler y las sesiones de natación de Franco", por lo cual es mostró agradecida y remarcó que "yo nunca vivi del Estado ni de la política, si recurrí a esto es porque no tenía alternativa". 

A su vez, agradeció la solidaridad de la gente, dado que una mujer les donará algo de medicación que necesita Franco: "Me da cosa pedir ayuda, porque sé que los laburantes estamos todos en la misma: remándola". 

Patricia fue contactada, gracias a la difusión del caso, por la ONG Madres del Dolor, que le ofreció su ayuda para acompañarla en su pedido de justicia. "Por el momento hay un sólo detenido, pero vamos a organizar una marcha para continuar reclamando. Quieren dejar la causa en un cajón y yo que caigan los que tienen que caer, que están panchos en su casa", manifestó.

 

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