Seguridad 3 AGO 2025

Familia de joven homicida pide que la Justicia saque de su casa a los usurpadores que aprovecharon la situación

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La familia del joven acusado del crimen de "Malenita" en el barrio Pico Rojo, cuya vivienda fue incendiada y posteriormente usurpada, rompió el silencio en "Contame La Posta". Tanto Ruth Pérez Rivas como Victor Manuel Álvarez Ayuque claman por el desalojo de su hogar y el fin del calvario que viven desde aquel trágico suceso: "la gente que hizo esos actos de vandalismo no son de la zona"

El brutal asesinato de Nayla Malena Agüero, la niña de siete años hallada muerta en el barrio Pico Rojo, conmocionó a General Rodríguez a fines del año pasado y trascendió a nivel nacional por la brutalidad del hecho. La autopsia preliminar reveló que Malena fue brutalmente golpeada, abusada sexualmente y luego asfixiada. Por el crimen, fue detenido su vecino Ariel Axel Díaz, de 18 años. Sin embargo, la tragedia no solo impactó a la familia de la víctima, sino que desató una serie de eventos que también devastaron la vida de la familia del victimario, quienes perdieron su hogar y bienes, y ahora luchan contra su usurpación. 

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Mirá la entrevista realizada en Contame La Posta 

"Malenita" vivía en las calles Acoyte y Ambato, en Pico Rojo. Su desaparición el 18 de diciembre convulsionó a los vecinos, y su cuerpo fue hallado poco después en la casa de Ariel Axel Díaz. Según una de las vecinas, todo comenzó entre las 13 y 14 horas con un "grito terrible de la mamá" de Malena. La madre de la niña tocó la puerta de Ariel, quien negó haberla visto y luego se encerró. Un policía se acercó y notó que la ojota y la ropa de la niña estaban dentro de la casa, lo que llevó a su búsqueda y el hallazgo del cuerpo en la casa de Ruth, la madre del acusado. 

La noticia desató la furia de la comunidad, tanto que gente que se acercó vandalizó, robó y terminaron incendiando la vivienda del joven detenido por el homicidio esa misma noche. La familia pide recuperar la posesión de su casa y habla de todo lo que vivieron desde que el hijo cometió el crimen y transformó la vida de todos en un infierno.

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Víctor Manuel Álvarez Ayuque, pareja de Ruth Pérez Rivas, se encontraba trabajando como taxista en Capital Federal cuando se enteró de lo sucedido. La mujer, por su parte, estaba en su local en Moreno. Ambos, descritos por los vecinos como una "familia de trabajo" y "buenas personas" con una "excelente relación en el barrio", no estaban presentes cuando los hechos ocurrieron. 

"Mis vecinos ya me decían que había una gran cantidad de gente enfurecida, así que por resguardo de mi integridad y de mi familia no llegué para mi casa", contó Víctor en el último programa de Contame La Posta. Lo que siguió fue un acto de vandalismo y saqueo masivo. "La gente hizo 'justicia (por mano propia)', pero también empezó a saquear cosas", puntualizó.  

La mayoría de los consultados por La Posta Noticias por ese entonces habían expresado indignación por la cantidad de personas que llegaron de otros barrios para aprovecharse de la situación, saqueando y destruyendo la casa, llevándose televisores, heladeras y todo lo que estaba a mano, incluso con menores de edad presentes. Víctor lamentó: "para mí fue una sorpresa muy dura, muy fuerte, porque en ningún momento pensamos algo de eso". La casa "quedó destruida hasta las paredes y una mascota de la familia", un caniche negro, quedó asustada y sola en medio del caos, aunque luego fue recuperada junto a unos gatos.

En esa tónica, el hombre no dudó al afirmar que "se aprovecharon, son gente mal de otros barrios, ya los tenemos identificados" y enfatizó que "yo tengo contacto con mis vecinos, yo sé que no tendría ningún problema con los vecinos de mi cuadra, de mi manzana, de mi zona. Toda la gente que hizo esos actos de vandalismo son de afuera, o sea, no los conozco, no sé quiénes son. Porque mis vecinos me respetan como yo los he respetado siempre, y si tuviera que volver a mi casa estaría seguro en eso con ellos".  

Días después del incendio, la vivienda de la familia de Ariel Díaz fue usurpada. Víctor denunció que su casa está "siendo usurpada por tres femeninas" con las que no tiene relación. Estas personas "vienen con el verso que yo les vendí", una afirmación que el hombre desmiente rotundamente: "es falso, así que yo voy a actuar prontamente con la Justicia, para retirar esas mujeres que son o cómplices o quieren conseguir algo que es plata lo más seguro, pero esa casa es mía". La familia cuenta con todos los papeles de propiedad en regla y solo les falta escriturar, según dejó entrever. 

A su turno, Ruth, la madre de Ariel, con la voz quebrada, también hizo un llamado desesperado: "lo que pido es que saquen a esas personas que están usurpando mi casa de tantos años de sacrificio, no puede pasar eso". Mencionó que "estas personas cortaron el pasto, sobrepintaron graffitis" y que un "auto color turquesa, modelo antiguo, va y viene por las noches, con dos hombres que parecen sacar y llevar cosas", además de que las ocupantes están robando electricidad del poste. Asimismo, dio nombre y apellido de la persona usurpadora: "es una mujer que se llama Carabelli".  

La familia anticipó que recurrirá a autoridades locales para buscar apoyo, como la concejala Silvia Figueiras y el secretario de Justicia y Política Criminal, Nicolás Rappazzo. Victor se mostró firme en ese sentido: "no voy a aceptar más amenazas ni que me moleste".

El perfil de Ariel, el homicida 

Sobre Ariel Axel Díaz, los vecinos tenían percepciones variadas. Algunos lo describieron en su momento como "un chico poco social", "muy calladito", que "no salía de su casa, no tenía amigos, no lo vimos jugar a la pelota ni con nadie"

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Ruth y Víctor revelaron que Ariel solo tenía algunos problemas de salud como vitíligo, asma y una afección cardíaca, pero que "nunca dio muestras como para pensar que iba a pasar eso". Su madre añadió: "ese día no era mi hijo. No sé, no era mi hijo. Mi hijo hoy por hoy no habla, no dice nada, llora nada más". Su familia sostiene que él "nunca mostró una actitud como para pensar que iba a pasar eso" y que fue "algo increíble, que sigue siendo investigado por la Justicia para entenderlo bien"

La situación ha sido devastadora para la familia, especialmente para la hermana de Ariel, de 14 años, quien se sintió "destrozada", dijeron sus padres. Ruth y Víctor han tenido que refugiarse con familiares y seguir trabajando para subsistir, agregaron, "enfrentando amenazas y extorsiones". Ruth, como madre, expresó su inmenso dolor y la dificultad de la situación.

Ambos insistieron en que siempre han estado dispuestos a comunicarse con la familia de Malena y que desde el primer momento pidieron "una disculpa, un perdón inmenso porque pasó algo increíble, donde no hay cómo reparar esa pérdida".

Víctor concluyó con un deseo de justicia para su hogar y un mensaje de paz: "yo no quiero más problema con nadie, pero si se atreven a seguir hostigando, amenazando lo que sea, van a ser denunciados. Yo soy un hombre de paz y de trabajo, pero no voy a aceptar más amenazas ni que me molesten". Ruth, por su parte, solo pide que "haya paz y que lo que venga en mi vida sea justo". La familia, aunque admite que tiene "un hijo muerto en vida", busca seguir adelante por el bien de su hija y la posibilidad de reconstruir sus vidas. 

Sobre si volverían a su hogar, el vecino de Pico Rojo admitió que "el tiempo lo dirá, se verá en el futuro", aunque aclaró que deberá, en ese caso, realizar muchos arreglos porque "hoy está destruida". Mientras que su mujer hizo especial hincapié en la salud mental de su hija, quien "tiene mucho temor de volver y no quisiera que pasara por situaciones de amenazas o acoso. Priorizo la paz de mi hija sobre todas las cosas"

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