La lucha de una familiar contra la droga: "Él se trata adentro y la familia, afuera"
En previas oportunidades hemos mencionado el trabajo que se lleva adelante en una comunidad terapéutica local con las internaciones o trabajos ambulatorios para recuperar personas víctimas de adicciones. Ahora hablamos con una de las personas que acercaron a un familiar en necesidad para conocer su experiencia.
La conmovedora historia de un padre de familia rodriguense que dijo “sí, quiero ir” y hoy registra un cambio “tremendo para bien”, según deslizó una familiar. Todo esto se da en nuestro distrito, en una quinta donde se trabaja en mucha calma, pero muy cerca de las conductas de los internados. Las personas tienen que hacer su parte, querer recuperarse, pero este espacio además brinda mucho apoyo a los familiares, ya que atienden muchos tipos de problemáticas que generan dependencia y en el camino, trabajan con las familias de las personas.
Silvia es una vecina de General Rodríguez con un familiar que el año pasado sufrió un problema de adicción de drogas. En este contexto, la mujer relató a La Posta Noticias la experiencia que vivió tanto ella como el entorno y el hallazgo de un lugar con “paz y tranquilidad” –caracterizó– ubicado en “mi ciudad”, que pudiera ayudar en la rehabilitación de su persona cercana.
Se trata de Camino de Guerrero, el cual Silvia encontró, según recordó, a través del teléfono buscando “cómo ayudar a un familiar adicto”, una nota previa en la cual presentamos el lugar desde LP Noticias. “Conocí Camino de Guerrero en un momento muy difícil de mi vida, donde me encontraba en terapia. Mandé un mensaje a las doce de la noche, pensando que me iban a contestar al otro día o a través de una computadora, y muy amablemente recibí un mensaje en donde me preguntaron si me podían llamar”, comenzó relatando la vecina.
“Primero me tranquilizaron a mí porque cuando uno está con sus problemas está enloquecido, porque querés ayudar a un familiar y no encontrás la salida”, continuó. “Estuvimos charlando durante un mes por mensajes hasta que mi familiar tomó la decisión de venir”, contó Silvia, al tiempo que valoró “la suerte de que mi familiar aceptara venir, que dijera ‘sí, quiero ir’. Fue una suerte que no otras familias tienen”.
Asimismo, Silvia recordó que todo “empezó en marzo, en el comienzo de la pandemia. Buscamos un montón de lugares y estaban cerrados o no tomando personas. Pasaron unos días y todo había quedado en la nada hasta dos meses atrás, que encuentro esta nota en Facebook y decidí mandar sin pensar, pensando en encontrar un lugar que me iban a recibir y contenerme, principalmente”.
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“Paz y tranquilidad”
La recepción de Camino de Guerrero a Silvia y a su familiar fue, según dijo, “excelente, y lo que más me gustó es que en ningún momento se me habló de plata ni nada por el estilo, sino que eso se arregló después de la internación”, destacó.
En este sentido, la rodriguense envió un mensaje a la sociedad, especialmente a las personas que están atravesando un momento similar: “No miren para atrás, sino para adelante, porque se puede. Digan ‘Yo puedo, yo tengo un lugar y se llama Camino de Guerrero’”, apeló.
“Llegué acá llorando, triste, angustiada, nerviosa, pensando que era la última oportunidad y terminó siendo el lugar que buscaba. Cuando me dijeron que esto era un silencio, pensé que era lo único que necesitábamos: paz y tranquilidad”, subrayó la vecina.
La primera visita luego de la internación
“El cambio fue tremendo para bien. Y nosotros estamos tan felices como él”, sostuvo Silvia en diálogo con La Posta Noticias. En esta línea, consideró: “Caí en el lugar justo en el momento indicado”.
Al afirmar lo anterior, la vecina recordó que su familiar “se fue separando de la familia y buscando el camino de esos amigos o compañeros que los llevan por el mal camino”, y “después de un mes, reconoce que no eran sus amigos, sino los de gira, los que lo usaban, usaban su dinero para sus cosas, y hoy valora la familia, sus hijos, sus padres, sus hermanos, todo lo que él había abandonado en cierto punto”, reflexionó.
Entre las actividades que ayudan a las personas internadas en Camino de Guerrero, Silvia destacó las siguientes: “Tanto la huerta como la pileta, como el verde que tienen acá, la tranquilidad, todo es terapéutico. Desde que se meten a la pileta, ayudan a arreglar el jardín, cocinan. Ellos sacan muchas cosas de los chicos cuando están haciendo”, es decir, sin estar sentados o acostados.
“Cuando empezó todo esto y empecé a averiguar, mi familiar tenía un lugar completamente gratuito, con remis incluido, en Capital Federal. Pero él me dijo que prefería estar en Rodríguez, ‘mi ciudad’”, concluyó Silvia.
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