Sociedad 18 JUN 2022

Cómo pasa sus días Franco Benavídez, a casi seis meses del salvaje ataque que le cambió la vida

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El joven de 20 años fue golpeado por una patota en el barrio bicentenario el pasado 20 de diciembre y, tras un fierrazo en la cabeza, quedó al borde de la muerte. Hoy se recupera en su casa del barrio San Bernardo: su estado de salud y las secuelas que le quedaron tras aquella noche que cambió su vida.

La noche del 20 de diciembre, la vida de Franco Benavídez dio un giro de 360 grados. Un grupo de jóvenes lo atacó en la entrada del barrio Bicentenario y le dio un fierrazo en la cabeza que lo dejó en terapia intensiva. Su madre, Patricia, llegó a decir a La Posta que estuvo "casi muerto" pero logró salir adelante.

Hoy transita con grandes avances su recuperación. Siendo atendido por médicos del Sanatorio Finocchietto de la Capital Federal, el joven logró ir ganando autonomía más allá de que la paliza que sufrió le dejó secuelas que tiene hasta el día de hoy. "Todavía le cuesta sostener objetos con su mano, porque se le duermen. También se olvida de cosas, hay secuelas que le van a quedar, pero ha mejorado mucho y está bien", contó Patricia.

Ahora, Franco, que pasa sus días con un casco especial para protegerse de cualquier eventual golpe accidental, espera dos importantes momentos: uno es la operación en la que se le colocará la prótesis de titanio en la cabeza, necesaria para fortalecer su cráneo. "Depende de lo que demore la obra social, pero podría ser a fin de junio", reveló su mamá.

El otro momento esperado es su regreso a la escuela: Franco está en tercer año del secundario y en agosto se anotará para comenzar a cursar y terminar sus estudios. "Los médicos le dijeron que no se encierre, que haga una vida lo más normal que pueda", señaló Patricia.

La mujer contó que en la Justicia no hubo novedades. Por ahora, sigue habiendo un sólo detenido en la causa pese a que el ataque fue perpetrado por varias personas. 

A su vez, manifestó que está sin trabajo y hasta ahora pudo pagar el alquiler de su vivienda gracias a un subsidio municipal, aunque espera que tras la operación de Franco, su hijo pueda ganar autonomía que le permita poder dedicar tiempo a trabajar y afrontar el resto de las obligaciones, entre las que está el cuidado de su otro hijo de 14 años que tiene diversos problemas de salud.

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